Innovación Archives - The Hechinger Report https://hechingerreport.org/tags/innovacion/ Covering Innovation & Inequality in Education Fri, 11 Feb 2022 19:00:31 +0000 en-US hourly 1 https://hechingerreport.org/wp-content/uploads/2018/06/cropped-favicon-32x32.jpg Innovación Archives - The Hechinger Report https://hechingerreport.org/tags/innovacion/ 32 32 138677242 Como se hace bien el aprendizaje virtual? Un distrito en California ofrece algunas respuestas https://hechingerreport.org/como-se-hace-bien-el-aprendizaje-virtual-un-distrito-en-california-ofrece-algunas-respuestas-2/ https://hechingerreport.org/como-se-hace-bien-el-aprendizaje-virtual-un-distrito-en-california-ofrece-algunas-respuestas-2/#respond Mon, 03 Jan 2022 17:00:00 +0000 https://hechingerreport.org/?p=84350

LINDSAY, Calif. — Una reciente mañana de otoño en Washington Elementary, un niño, sentado con cinco compañeros alrededor de una mesa, agarraba una tableta mientras construía un muñeco de nieve digital — una actividad refrescante dado que afuera de su aula con aire acondicionado hacía un calor de 85 grados.  Su vecina, una niña con […]

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LINDSAY, Calif. — Una reciente mañana de otoño en Washington Elementary, un niño, sentado con cinco compañeros alrededor de una mesa, agarraba una tableta mientras construía un muñeco de nieve digital — una actividad refrescante dado que afuera de su aula con aire acondicionado hacía un calor de 85 grados. 

Su vecina, una niña con una cola de caballo amarrada con una cinta roja, usaba su dedo índice para manipular figuras en su pantalla. En otra mesa, una estudiante con una mascarilla de arcoíris miraba detenidamente su libro de tareas y coloreaba meticulosamente con un marcador verde.

En otra parte del salón, una instructora se arrodillaba para hablar con dos niños que jugaban con bloques, mientras otra maestra supervisaba a un grupo de cinco estudiantes que completaban hojas de ejercicios. 

Estudiantes en una clase de kinder transicional en Washington Elementary, una escuela K-8 en el distrito Lindsay Unified, trabajan en grupos pequeños. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

Cada niño de 4 o 5 años en esa aula de kinder transicional estaba haciendo algo distinto e individualizado, de acuerdo a su desarrollo académico. Es una escena que se reproduce en las siete escuelas primarias y dos escuelas secundarias en esta comunidad agrícola de aproximadamente 13,500 habitantes en el Valle Central de California.

Hay pocas hileras de escritorios en las escuelas de este distrito, Lindsay Unified. Y son pocas las veces que un maestro se para al frente del aula. En lugar de ello, los estudiantes se enfocan en la tarea que sigue para ellos, que suele ser muy distinta a la que emprenden los otros niños en el mismo salón.

Los niños cuentan con acceso a dispositivos que pueden llevarse a casa y planes de aprendizaje individualizados que les permite avanzar con el material de la clase a su propio paso.

“Los maestros siempre llevan la clase a cierto paso, pero con el sitio Empower, los estudiantes pueden avanzar más en el curso trabajando independientemente y fuera del salón de clases”.

Connor Dunbar, estudiante de secundaria de último año

Es un modelo que ha rendido dividendos para el distrito. Desde que estableció un sistema basado en el rendimiento a mediados de los años 2000, Lindsay Unified ha visto grandes mejoras en los logros académicos, índices de graduación y en el número de estudiantes que se inscriben en la universidad. Dicho modelo también ha ayudado a los estudiantes y a los educadores a afrontar los altibajos de la pandemia con más facilidad que otros distritos escolares del país. Aunque aún así la pandemia causó estragos aquí, adaptarse al aprendizaje virtual fue menos difícil en Lindsay debido a la infraestructura preexistente e historial de adaptación.

Durante años, Lindsay ha experimentado con la educación basada en competencias, un método educativo más personalizado que permite que los niños aprendan con computadores por lo menos durante parte del día. A mediados de marzo del 2020, las escuelas en Lindsay Unified cerraron debido a la pandemia del coronavirus. Y, como sucedió con millones de estudiantes y maestros en todo el país, la enseñanza se trasladó en línea.

Pero al superintendente Tom Rooney le gusta decir que, aunque las escuelas cerraron en Lindsay, “el aprendizaje nunca paró”.

Un estudiante trabaja para desarrollar su propio juego de video en una clase de diseño en Lindsay High School. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

Ahora que se ha reanudado la enseñanza en persona en muchas partes del país, la experiencia de Lindsay a la hora de mantener a los niños encaminados, aun en los momentos más caóticos, ofrece lecciones para otros distritos. Los maestros en Lindsay están listos para cambiar de enseñanza en persona a enseñanza a distancia con poco tiempo de preparación, si hay un brote de coronavirus que requiere una cuarentena, por ejemplo, o un desastre natural obliga el cierre de las escuelas.

“Con aproximadamente un día de preparación, [los maestros] pueden hacer la transición a la enseñanza a distancia”, dijo Rooney.

Abriéndole camino a un nuevo modelo

Ubicado cerca de las faldas de los parques nacionales Sequoia y Kings Canyon, al pueblo de Lindsay se le conocía por dos cosas: aceitunas y naranjas. Pero la comunidad comenzó a sufrir económicamente tras el cierre de varios empleadores importantes a principios de la década de 1990, incluyendo lo que una vez fue la procesadora de aceitunas más grande del mundo. 

Hoy, más de un 90 por ciento de los 4,000 niños inscritos en el distrito Lindsay Unified están considerados socioeconómicamente desfavorecidos, y aproximadamente un 40 por ciento de los estudiantes están aprendiendo inglés. Un 95 por ciento de los estudiantes del distrito son de origen hispano.

Dibujos en un aula de cuarto grado en Washington Elementary, una escuela K-8 en Lindsay Unified. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

En el 2007, los administradores estaban frustrados con los resultados del distrito y el bajo índice de graduación. Hasta sus alumnos más exitosos tenían dificultades: 8 de cada 10 de los estudiantes que se graduaron de la secundaria con las mejores calificaciones de su clase fueron colocados en cursos correctivos de inglés cuando llegaron a la universidad, según funcionarios del distrito.

El distrito convocó una serie de reuniones con maestros, líderes escolares, padres de familia, funcionarios municipales y miembros de la comunidad para hablar sobre la clase de sistema educativo que necesitaba la comunidad. El resultado fue la implementación de un método “personalizado y basado en competencias que gira alrededor del aprendiz” que le permite a los estudiantes alcanzar sus metas de aprendizaje en sus propios términos, dijo Rooney.

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El nuevo método eliminó muchos de los aspectos tradicionales de la educación, como las calificaciones con la escala de A-F y el aprendizaje basado en el tiempo, en el que los estudiantes avanzan a un nuevo grado todos los años. Junto con esos cambios ha surgido una nueva jerga: los maestros son “facilitadores de aprendizaje”, mientras que los estudiantes son “aprendices”, los grados son “niveles de contenido” y las escuelas son “ambientes de aprendizaje”.

A los estudiantes se les califica usando una escala del 1 al 4, y se necesita una calificación de 3 o más para demostrar dominio en una materia.  Los educadores dicen que una calificación de 1 o 2 no significa que un estudiante ha fracasado, sino que le queda más trabajo por hacer para avanzar al siguiente nivel.

Gaby León, estudiante de tercer año en Lindsay High School, contó que otros estudiantes que conoce quedan fascinados al enterarse de que ella jamás ha recibido una calificación de letra. “No estoy familiarizada con los ABCs, porque toda mi vida he recibido números”, dijo.

¿Qué es la educación basada en competencias?

Lindsay es un precursor entre un número creciente de escuelas y distritos en Estados Unidos que han adoptado una estrategia educativa basada en el desempeño o la competencia, dijo Susan Patrick, presidente y máxima ejecutiva del Aurora Institute, una organización sin fines de lucro que estudia y fomenta la educación basada en competencias. (El superintendente Rooney forma parte del consejo del Aurora Institute.)

Según Patrick, hace 10 años, solo un pequeño número de estados en EE.UU. utilizaban la educación basada en competencias. Su organización calcula que ahora, 6 de cada 10 distritos escolares públicos en el país están probando o planificando el uso de dichos métodos.

La ejecutiva cree que ese número va a seguir creciendo después de la pandemia.

Estudiantes durante un receso en Lindsay High School. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

“Vimos un cambio con el que, al eliminar las restricciones de tiempo y espacio, se desató mucha creatividad a la hora de proveerles más flexibilidad a los estudiantes”, dijo Patrick. “Después de la pandemia, está creciendo la demanda para que los sistemas escolares en EE.UU. aprendan a hacer el cambio de sistemas tradicionales basados en el tiempo … hacia uno que está más organizado alrededor del aprendiz”.

Entonces, ¿qué es exactamente la educación basada en competencias?

Tiene muchos nombres, dijo Patrick, pero fundamentalmente, es un método que permite que los estudiantes tomen control de su propio aprendizaje, a la vez que trabajan para lograr un grupo común de metas. Los estudiantes reciben evaluaciones valiosas sobre su progreso y apoyo, hasta cumplir esos objetivos. Demuestran su dominio de una materia presentando evidencia, como un trabajo o proyecto, que destaca lo que saben y lo que son capaces de hacer.

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Una de las críticas más frecuentes de la educación basada en competencias es que consume mucho tiempo, dijo Patrick. También hay poca evidencia de que el aprendizaje personalizado mejora el aprendizaje estudiantil, en parte porque se utilizan muchos métodos distintos.

Pero los educadores en Lindsay afirman que, aunque hay más trabajo al principio, a la larga el modelo del distrito hace que la enseñanza sea más fácil.

“Cada maestro en el distrito crea lo que llamamos un plan de aprendizaje personalizado con cada uno de nuestros estudiantes, por lo menos dos veces al año”, dijo Maria Ernest, una maestra de teatro y de artes de lenguaje en inglés en Lindsay High School. “Sé que suena como mucho trabajo, pero en realidad te libera de gran parte de la planificación, porque estás haciendo pequeñas lecciones, en lugar de tener que llenar un espacio de 90 minutos”.

Matt Diggle se encuentra en su 28vo año como educador. Luego de asumir su cargo como nuevo director de Washington Elementary en agosto, ha quedado impresionado con lo mucho que necesitan saber los maestros sobre sus estudiantes bajo el modelo de Lindsay.

“Vine de un sistema basado en calificaciones”, dijo. “Esto requiere mucha más profundidad y conocimiento a la hora de explorar las metas de aprendizaje y entender realmente lo que el niño necesita lograr”.

El rol de la tecnología

La habilidad de Lindsay de hacer la transición rápidamente al aprendizaje a distancia en septiembre del 2020 fue gracias en gran parte a la infraestructura preexistente. A diferencia de muchos distritos en los cuales la falta de dispositivos y Wi-Fi irregular hicieron difícil adaptarse al aprendizaje virtual, casi todos los estudiantes de Lindsay ya tenían acceso a sus propias tabletas o computadores portátiles, las cuales son apropiadas para sus edades y reemplazadas cada tres años, y Wi-Fi comunitario.

Llegar a ese punto no fue fácil. En los primeros años del experimento de Lindsay, pocos estudiantes tenían acceso al internet en casa. “Llegaba al trabajo a las 7 de la mañana y había más de 60 niños en el césped frente a la oficina del distrito porque había un punto de acceso”, dijo Barry Sommer, director de la fundación del distrito.

Luego de intentos en vano por comunicarse con compañías grandes de internet, el distrito decidió tomar cartas en el asunto y le pidió permiso a la ciudad de Lindsay para instalar antenas en los edificios más altos de la comunidad. Luego se instalaron puntos de acceso en 500 hogares en Lindsay. Para finales del 2016, casi 90 por ciento de los estudiantes del distrito y sus familias tenían acceso gratis al internet en sus hogares.

En el 2016, Lindsay Unified, un distrito escolar en el Valle Central de California, le pidió a la ciudad de Lindsay permiso para colocar antenas en los edificios más altos de la comunidad con el fin de expandir su propia red y de esa manera ofrecer Wi-Fi comunitario de forma gratuita. Credit: Cortesía de Lindsay Unified

Hoy, los estudiantes pueden acceder a sus tareas en sus dispositivos móviles. León, la estudiante de tercer año de secundaria, tendió su teléfono mientras demostraba cómo avanzó en su clase de matemática este año. “Puedes aprender donde sea,” dijo. “Puedes completar las tareas en carretera o en el aeropuerto”.

Pero los educadores dicen que no es solamente la tecnología lo que hace que el modelo de Lindsay funcione, sino la combinación de un método pedagógico personalizado con la tecnología.

El “sistema de gestión de aprendizaje”, Empower, es un portal virtual que les permite a los maestros subir, calificar y llevar un registro de las tareas de su clase. También contiene listas de reproducción que pueden incluir videos y tareas de lectura que los estudiantes completan a medida que van avanzando en la clase.

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Los estudiantes, padres de familia y maestros pueden entrar a Empower en cualquier momento para revisar el progreso en una clase. En cualquier momento, los estudiantes pueden ver lo que han completado y lo que les queda por hacer para terminar una materia. Los cursos siguen estando basados en los estándares estatales de California, y los estudiantes siguen completando evaluaciones externas como iReady.

Empower también les permite a los administradores escolares ver informes colectivos sobre el ritmo que llevan los estudiantes — es decir, si están progresando en sus respectivas materias y cuán rápido lo están haciendo.

“Podemos ver el ritmo en general para los facilitadores de aprendizaje y los aprendices, y luego podemos investigar más si es necesario, para ver los aprendices individuales y el progreso que están haciendo hacia completar antes de que termine el año”, dijo Jorge Ramos, director de enseñanza en Washington Elementary.

Entrenando a los maestros

La mayoría de los maestros no aprenden métodos basados en competencias en la universidad, por lo que hubo problemas de desarrollo cuando el distrito adoptó el modelo basado en desempeño a mediados de la década de los 2000, dijo Sommer.  Varios maestros se marcharon porque no pudieron adaptarse al nuevo sistema, agregó.

“Los programas de capacitación de maestros no preparan a los maestros para los modelos de enseñanza personalizados basados en competencias”, dijo Patrick, del Aurora Institute.

Como respuesta, el distrito estableció oportunidades para el desarrollo profesional y esos programas continuaron durante la pandemia. Los educadores usan Empower, la misma plataforma que utilizan los estudiantes, para su entrenamiento.

Tom Rooney, superintendente de Lindsay Unified. Credit: Cortesía de Lindsay Unified School District

“Utilizan el método basado en desempeño con nosotros también”, dijo Guadalupe Álvarez, quien enseña octavo grado. A los maestros nuevos también se les acomoda en pares con maestros veteranos como Ernest, la maestra de inglés, que ayudan a instruirlos.

Ernest dijo que los maestros tienen que tener la mentalidad indicada para ser exitosos en Lindsay. “Tienes que contar con un personal que esté abierto al aprendizaje de por vida y realmente abierto a fluir con los cambios”, dijo Ernest. “Porque con este modelo, nada es fijo. Siempre estás buscando la mejor práctica. Como maestra, no puedes aferrarte a “así es como hago las cosas”.

La maestra de cuarto grado Nelly López dijo que antes pensaba que el salón de clases perfecto era uno en el que los estudiantes se mantenían callados, con sus manos dobladas, y la maestra era el centro de atención.

“Ahora es un cambio completo bajo el cual el enfoque está en ellos”, dijo. “Nada de que todo sea igual para todos”.

Estudiantes avanzan a su propio paso, con mucho apoyo

Una de las ventajas de la forma en que Lindsay afronta el aprendizaje y la tecnología es que se adapta a las necesidades de diferentes poblaciones, como los estudiantes con discapacidades y los que están aprendiendo inglés. El método también reduce el estigma para los estudiantes que quizás estén “atrasados” en un sistema tradicional, porque todos los estudiantes trabajan a su propio ritmo, sea que evolucionan rápidamente o necesiten ayuda adicional.

Sin embargo, una de las lecciones tempranas que aprendió el distrito fue que existe un balance delicado entre dejar que los niños hagan lo suyo y mantenerlos encaminados. Sigue siendo preciso que los maestros se aseguren de que los estudiantes no se estén quedando atrás.

John Woods, director de educación especial de Lindsay, dijo que es importante establecer fechas de entrega graduales para que los estudiantes no esperen hasta el último minuto para tratar de terminar todo. “Decimos que no estamos basados en el tiempo, [pero] hay que tener urgencia,” dijo. “Hay ciertos niños que son muy autodirigidos, pero hay otros que no lo son si los dejamos solos”.

Marla Ernest, una maestra de artes de lenguaje en inglés y teatro en Lindsay High School, trabaja individualmente con un estudiante a finales de septiembre. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

Dependiendo de la materia, los estudiantes trabajan de manera independiente o se trasladan a otra clase con otra maestra. Dentro de cada clase, los estudiantes son colocados en grupos de acuerdo con en el objetivo de aprendizaje que intentan alcanzar y su progreso hacia la satisfacción de esos objetivos.

El sistema también permite tener en cuenta a los estudiantes que están progresando más rápido que sus compañeros. “Los maestros siempre llevan la clase a cierto paso, pero con el sitio Empower, los estudiantes pueden avanzar más en el curso trabajando independientemente y fuera del salón de clases”, dijo el estudiante de cuarto año Connor Dunbar.

Álvarez dice que cuando tiene estudiantes que “corren rápido”, se reúne con los administradores para elaborar el mejor plan para satisfacer las necesidades académicas del estudiante. “He tenido grupos de estudiantes de octavo grado que van a la escuela secundaria para matemática e inglés y luego simplemente regresan conmigo para su materia de historia como ciencia”, dijo. 

León pudo tomar cursos adicionales porque completó su curso de historia en un semestre. “Eso me permitió agregar un curso universitario a mi programa para el siguiente semestre”, dijo.

Ernest contó que enseña tres clases de inglés, cada una a un nivel distinto, en las que los estudiantes están agrupados de acuerdo con el progreso que han hecho hacia una meta de aprendizaje. Sigue dando lecciones de 15 o 20 minutos sobre temas relevantes para toda la clase, pero dedica el resto del tiempo a trabajar con estudiantes en grupos pequeños o de manera individual. 

“Sigo haciendo la misma cantidad de calificación que siempre he hecho”, dijo. “No crea más trabajo. Simplemente crea otros tipos de trabajo”.

Jennifer Keeton, una madre que trabaja en la división de servicios económicos del distrito, dijo que el modelo de Lindsay ha ayudado a satisfacer las necesidades de sus dos hijos. Su hijo, que se graduó en el 2020, se encuentra en el espectro autista. “Que todo el mundo [tuviera un plan] personalizado … ayudó a que no llamara la atención”, dijo.

La hija de Keeton es una estudiante de tercer año que está en camino de recibir su diplomado de College of the Sequoias, un colegio comunitario, antes de graduarse de la secundaria el próximo año. Keeton dijo que el sistema ayudó a su hija “porque no se vio obligada a esperar por los demás. Debido a que es una lectora ávida… Siempre terminaba las cosas rápidamente, pero podría trabajar en otros proyectos para darle un mayor entendimiento de los conceptos”.

¿Funciona?

Las calificaciones de exámenes en Lindsay Unified incrementaron bastante luego de que el distrito implementó el aprendizaje basado en competencias. El número de estudiantes considerados aptos bajo los estándares académicos de California aumentó de 26 por ciento en el 2014-15 a 47 por ciento en el 2018-19. Los índices de graduación aumentaron de 69 por ciento en el  2010-11 a 90 por ciento en el 2017-18. A la vez, los índices de estudiantes que van a la universidad aumentaron de 66 por ciento a 70 por ciento, y más estudiantes se están matriculando en universidades de cuatro años, según datos del distrito.

Durante la pandemia, los resultados fueron más mixtos. Los maestros y estudiantes sintieron el mismo agobio que enfrentaban todos los distritos, incluyendo grandes estragos en la salud social y emocional. Los estudiantes de Lindsay igual progresaron en matemáticas y lectura, aunque menos que durante un año escolar normal. 

En marzo del 2020, luego de que los expertos de currículo les dieran a los maestros un curso intensivo de fin de semana sobre la instrucción virtual, los estudiantes y maestros regresaron a la escuela a tiempo completo, en sus salones virtuales.  Rápidamente aprendieron a evitar clases virtuales de día entero a favor de trabajo en grupos pequeños y atención individual de los maestros, algo que ya venían haciendo en persona antes de la pandemia.

Y en las primeras semanas de la pandemia, el distrito tuvo que reforzar sus conexiones de Wi-Fi porque de repente más niños y padres estaban conectados las 24 horas, dijo Rooney.

Contenedores para los artículos personales de los estudiantes en una clase de kinder transicional en Washington Elementary. Credit: Charlotte West para el Hechinger Report

Después de un año de pandemia, los estudiantes de Lindsay habían avanzado menos en la lectura que en años anteriores, pero aun así progresaron más que estudiantes en otros distritos del país con demográficas parecidas, especialmente entre los estudiantes más jóvenes, según un informe reciente de Learning Accelerator, una organización sin fines de lucro.

“Vimos mucho menos crecimiento para los niños en los grados más altos que en los de grados más bajos”, dijo Beth Rabbitt, máxima ejecutiva de Learning Accelerator y una de las autoras del informe.

Eso quizás se deba a que es más probable que los estudiantes de más edad tengan responsabilidades como trabajar o cuidar de hermanos pequeños, según el estudio.

El estudio también halló que los estudiantes clasificados como aprendices del idioma inglés, migrantes o sin hogar, y aquellos que reciben servicios de educación especial, demostraron una evolución positiva, gracias al contacto frecuente con consejeros, servicios de traducción, bancos de alimentos y servicios sociales y oportunidades para un “regreso temprano” a la escuela en el otoño del 2020.

“Después de la pandemia, está creciendo la demanda para que los sistemas escolares en EE.UU. aprendan a hacer el cambio de sistemas tradicionales basados en el tiempo … hacia uno que está más organizado alrededor del aprendiz”.

Susan Patrick, presidenta del Aurora Institute

Y a los estudiantes que volvieron en persona como parte del modelo de regreso temprano les fue mejor que los que permanecieron en casa, lo cual podría servir de lección en un futuro cuando haya interrupciones. Estos niños siguieron el mismo currículo virtual que sus compañeros estudiando en casa, pero trabajaron en la escuela en grupos pequeños con tutores que le podrían brindar apoyo adicional.

“Eso habla del poder de que los niños tengan adultos que, aunque no sean los maestros de contenido principales, los puedan ayudar a conectarse y a que se mantengan encaminados”, dijo Rabbitt.

Ernest señaló que la transición al aprendizaje a distancia fue más difícil para los inmigrantes recientes con los que trabaja. “Tratar de llegar al punto de que puedan seguir los pasos con una computadora cuando nunca han tenido una fue algo muy difícil durante los primeros meses”, dijo Ernest.

Pero una vez que los estudiantes se acostumbraron a la tecnología, dijo Ernest, el programa fue “el modelo perfecto para alguien que apenas comienza a aprender el idioma”. Algunas de sus estudiantes de secundaria comenzaron con un nivel de kinder en inglés, pero porque no estaban conscientes de que estaban empezando a un nivel tan básico, pudieron “avanzar al nivel indicado, progresar y no sentirse avergonzados”, dijo.

En general, en Lindsay la pandemia reafirmó el rol del aprendizaje basado en competencias y la enseñanza basada en tecnología, dijo Ernest. “Venimos haciendo enseñanza semipresencial bajo este modelo por tanto tiempo [que] la única diferencia para nosotros fue que los [estudiantes] no estaban en el aula con nosotros”.

Este reportaje sobre la adaptación al aprendizaje virtual fue producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Lea sus otros artículos en español.

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Un martes, poco después de las 6 p.m., 10 proveedores de cuidado infantil en el norte de California se conectaron a Zoom para educarse sobre los logros de desarrollo. En algunas pantallas se asomaban niños. Otras seguían oscuras mientras Daisy Amezcua, líder de la sesión, animaba al grupo a presentarse y compartir por qué asistían. […]

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Un martes, poco después de las 6 p.m., 10 proveedores de cuidado infantil en el norte de California se conectaron a Zoom para educarse sobre los logros de desarrollo. En algunas pantallas se asomaban niños. Otras seguían oscuras mientras Daisy Amezcua, líder de la sesión, animaba al grupo a presentarse y compartir por qué asistían.

Una participante explicó que quería refrescar su conocimiento para poder preparar mejor para el preescolar a su nieto de 4 años, a quien cuida entre semana. Otra buscaba “volver a agarrar el ritmo” ahora que sus hijos mayores son adolescentes y en la semana cuida a su hija de 17 meses, a un sobrino de casi 2 años y a una sobrina de 3. Y una tercera participante quería información para su guardería en casa, donde a diario cuida a seis niños de diversas edades.

Este artículo fue traducido por Nathalie Alonso.

Amezcua, directora del Centro de Niñez Temprana del Este de la Bahia YMCA, abarcó muchos de los logros de desarrollo para los niños en su presentación, desde la infancia hasta que empiezan el kínder. La experta explicó cómo pedir referidos para los niños que no estén alcanzando hitos, como caminar y hablar, y detalló lo que pueden hacer los cuidadores para estimular el desarrollo, empezando en la infancia. A esa edad, los niños son “capaces de imitar algunos movimientos y expresiones faciales”, dijo. “Si nos reímos, nos imitan y también se ríen”.

Amezcua señala que, a los 3 meses, los bebés ven lo suficientemente bien para estudiar los rostros de sus cuidadores. “Lo cual nos hace recordar lo importante que es el tiempo cara a cara”, dijo, antes de pasar a la próxima diapositiva, la cual mostraba una lista de señales de alarma en el desarrollo de los bebés.

“Si hay un estruendo… y no se sobresaltan, eso puede ser una indicación de que hay problemas auditivos”, agregó Amezcua. “Entonces se le debe prestar atención a eso”.

La reunión fue parte de un programa que ofrece BANANAS, una organización sin fines de lucro basada en California que se dedica a brindarle apoyo a los padres, familiares y otros proveedores de cuidado infantil. BANANAS ha lanzado una iniciativa diseñada específicamente para forjar lazos comunitarios y fortalecer la educación de familiares, amigos y vecinos (FFN, por sus siglas en inglés) que proveen cuidado infantil fuera de un sistema formal.

Se estima que a nivel nacional, 7 millones de niños, desde recién nacidos hasta 5 años de edad, están bajo el cuidado en casa a diario, lo cual lo hace la forma más común de cuidado infantil regular no parental. Dicha cifra incluye programas autorizados y proveedores sin licencia como amigos, familiares y vecinos. Los arreglos FFN son especialmente comunes para los niños más pequeños: más de un 33 por ciento de los bebés y niños con menos de 2 años están bajo cuidado pago o no pago que involucra a un amigo, familiar o vecino.

El cuidado FFN ofrece beneficios únicos, como más flexibilidad para los padres de familia, especialmente aquellos que viven en áreas rurales donde hay pocas opciones para el cuidado infantil. Con frecuencia, los padres muestran preferencia por familiares, amigos o vecinos que comparten su idioma, raza o cultura; casi un tercio de los niños afroamericanos bajo la edad de 6 años y un cuarto de los niños hispanos en dicho grupo están bajo cuidado regular de un familiar, según datos del 2016. A la vez, aproximadamente un quinto de los niños de raza blanca con menos de 6 años están bajo el cuidado de un familiar.

Durante la pandemia del Covid-19, dichos arreglos se volvieron aún más comunes, dicen los expertos, especialmente cuando los centros de cuidado infantil cerraron y muchos padres se vieron obligados a encontrar soluciones que pudieran brindar cuidado individual o a grupos pequeños de niños.

Sin embargo, pese a la popularidad del cuidado FFN, estos proveedores son excluidos de los sistemas de apoyo públicos y privados que ayudan a los cuidadores formales. Tampoco pueden acceder al mismo nivel de asistencia económica que los proveedores con licencia. Mientras que los proveedores de cuidado infantil familiar con licencia ganan un salario promedio de $29, 377, los cuidadores informales ganan un promedio de $7,420. Una encuesta determinó que durante la pandemia, estos proveedores necesitaban ayuda económica para costear necesidades personales y de trabajo como comida y productos de limpieza.

“Los familiares, amigos y vecinos vienen proporcionando cuidado a las familias por mucho, mucho, mucho tiempo”, dijo Kym Johnson, máxima ejecutiva y directora de BANANAS. “Y también es el grupo de proveedores que probablemente menos atención, reconocimiento y apoyo recibe porque en muchos casos es informal”.

A diferencia de los proveedores que trabajan con licencia, los proveedores FFN no necesitan guiarse por regulaciones estatales sobre el cuidado infantil ni requisitos de salud y seguridad, al menos que reciban subsidios estatales para cuidar a un niño de bajos ingresos. Tampoco se quiere que se sometan a entrenamiento formal con respecto al desarrollo infantil antes de que empiecen a cuidar niños.

“No forman parte del sistema en el que vemos subsidios o desarrollo profesional”, dijo Patricia Lozano, directora ejecutiva de Early Edge California, una organización sin fines de lucro que ofrece programas de aprendizaje temprano, incluyendo algunos que apoyan a los proveedores FFN. “Lo que estamos tratando de hacer es entender lo que necesitan y encontrar la manera de desarrollar políticas que los puedan beneficiar”.

En California, varias organizaciones están pidiendo más apoyo para los cuidadores FFN, incluyendo un aumento en los fondos destinados a proveedores domiciliarios de cuidado infantil, recursos culturalmente receptivos para los cuidadores y más formas de conectarlos con servicios comunitarios para que tengan más apoyo. Los expertos dicen que los programas dirigidos a los proveedores FFN son especialmente importantes para prevenir el aislamiento de los cuidadores y proporcionar educación sobre temas de la primera infancia.

Los programas actuales que apoyan a los proveedores FFN han redoblado sus esfuerzos en los últimos años, y han tratado de mantener su ímpetu trasladando sus reuniones en línea durante la pandemia. Visión y Compromiso (VyC), una organización sin fines de lucro basada en California que se enfoca en la salud y el bienestar de comunidades que reciben escasos recursos, ofrece un curso de cinco semanas para proveedores FFN que aborda temas como el desarrollo cerebral de los niños, RCP, nutrición, preparación para emergencias y la comunicación con los padres. BANANAS, que está basado en Oakland, le brinda apoyo adicional a los proveedores FFN. Mediante grupos de juego, la organización ofrece un espacio en el que los niños pueden interactuar entre ellos mientras un miembro del personal le ofrece a los cuidadores conversaciones guiadas y entrenamiento sobre primeros auxilios, salud, seguridad y otras preocupaciones.

Sin embargo, no siempre es fácil llegar a estos proveedores. Algunos no entienden la importancia de su labor, dijo Alejandra Reyes, directora de programas regionales de VyC. “Ellos piensan, ‘Solamente soy alguien que cuida niños, no es un trabajo de verdad, sino algo que hago en casa,’” señaló Reyes. “Otros quizás creen que se van a buscar problemas por ofrecer cuidado infantil sin licencia o están preocupados por su estatus migratorio y temen asistir a eventos en público”.

Aunque es importante brindarles apoyo a los cuidadores, los expertos involucrados en los programas FFN también consideran crucial darles a los niños que reciben cuidado bajo estos arreglos informales oportunidades para socializar. La proveedora FFN Anne Stephenson indicó que la oportunidad para que su nieto socialice es lo que la atrajo de los eventos de BANANAS. Stephenson, que fue maestra de kínder, tiene amplia experiencia con la primera infancia, pero aún así se beneficia de los eventos, desde recomendaciones de nuevos libros para leer y actividades con las que pueda captar la atención de su nieto, a quien cuida a menudo.

Estos programas, a la vez que ayudan a los proveedores, también pueden jugar un papel importante en la preparación de los niños para la escuela, dijo Samuel Limón Jr., especialista en relaciones comunitarias para el departamento de aprendizaje temprano de Fresno Unified, el cual maneja el Helm Home Center. El centro, que está afiliado con el distrito escolar local, alberga un programa de diversión y aprendizaje de horario flexible para niños entre 6 semanas y 5 años de edad. Los cuidadores FFN pueden visitar el centro para tiempo de juego estructurado. Los niños pueden explorar un salón de juegos con su cuidador, participar en tiempo de círculo, y trabajar en una actividad programada. “Una de nuestras metas principales es ofrecer una verdadera estructura a los niños, para que cuando lleguen al preescolar no sea tan impactante ni tan difícil para ellos social y emocionalmente”, dijo Limón.

El programa también ofrece una especie de biblioteca que le permite a los cuidadores tomar prestado juguetes y libros, y anima a los proveedores a plantear preguntas y preocupaciones en las sesiones para que puedan recibir guía sobre el desarrollo infantil y temas relacionados.

Alejandra Muñoz empezó a asistir a los talleres y capacitaciones de BANANAS hace año y medio y los ha hallado “inspiradores, importantes y provechosos”. Muñoz, madre de un niño de 5 años y otro de 18 que también cuida a dos niños de 3 y 6 años de edad, encontró útil los talleres de BANANAS al momento de identificar sus etapas de desarrollo y sus necesidades específicas, a la vez que ha aprendido técnicas para ayudar a los niños a sobrellevar sus sentimientos cuando están frustrados o expresan sus emociones. También sacó un beneficio personal: estrategias para relajarse cuando se siente agobiada. Y ha descubierto ideas para fomentar la creatividad en los niños que cuida. Muñoz considera que ahora tiene “más herramientas para ser una mejor cuidadora de niños y apoyarlos de una manera más eficaz, aún en sus momentos más difíciles”.

Nota del editor: Este artículo encabezó el boletín de La Primera Infancia (en inglés), que se envía gratuitamente a los buzones de los suscriptores cada dos miércoles, con tendencias y artículos acerca del aprendizaje temprano. ¡Suscríbete hoy! 

Este artículo acerca de los cuidadores informales fue producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Lea sus otros artículos en español.

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Read in English. BROWNSVILLE, Texas — En una mañana fresca justamente antes del Día de los Enamorados, Viviana Longoria, de 16 años, se sumó al grupo de niñas que se bajaba del autobús en la Escuela Lincoln Park, llevando consigo un asiento de bebé. Viviana, una joven serena y delgada, con un cabello que le […]

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BROWNSVILLE, Texas — En una mañana fresca justamente antes del Día de los Enamorados, Viviana Longoria, de 16 años, se sumó al grupo de niñas que se bajaba del autobús en la Escuela Lincoln Park, llevando consigo un asiento de bebé.

Viviana, una joven serena y delgada, con un cabello que le llega a la cintura, pasó por delante de la oficina del director en el pasillo principal y dobló a la izquierda hacia el edificio en que están la biblioteca y la guardería infantil. Allí, Viviana entregó su hija, Bella Rose, una niña seria con ojos pardos de un año, a una maestra de guardería que la colocó sobre una alfombra junto a otros bebés.

madres adolescentes
Viviana Longoria, de 16 años, con su hija Bella Rose, de 1 año, que asiste a la guardería gratis de la escuela. Ella G. Ríos, la bibliotecaria de la escuela, sostiene una flor de papel hecha por las alumnas para una celebración de la herencia mexicana. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

Antes de marcharse, Viviana se volvió y saludó con la mano para despedirse de su hija. Bella Rose sonrió y aplaudió.

“Mi hija es lo mejor que me ha ocurrido a mí”, dijo Viviana más tarde. “Ella me motiva mucho”.

Aunque Viviana estaba oficialmente en segundo año en Lincoln Park un mes antes de que comenzara la pandemia, ella había ya completado suficientes tareas del curso para merecer un estatus de tercer año. Y a pesar de las interrupciones de la vida bajo la pandemia, tanto para estudiantes como para padres, se graduó esta primavera, un año antes de lo programado. Ella atribuye su capacidad para perseverar al apoyo comunitario que existe en su escuela pública poco usual, donde estudian alumnos de los grados sexto al 12, y que está orientada totalmente hacia alumnas embarazadas y madres adolescentes.

“Mi hija es lo mejor que me ha ocurrido a mí. Ella me motiva mucho”.

Viviana Longoria, de 16 años

“Permanecimos abiertos todo el tiempo”, dijo Dawn Hall, directora de Lincoln Park, quien ofreció a los estudiantes la opción de aprender en línea o en persona durante la mayor parte del pasado curso escolar. Las estudiantes que asisten a clase en persona tienen también la opción de utilizar la guardería.

El embarazo adolescente en Estados Unidos es mucho menos común que lo que era antes, pero la tasa — alrededor de 19 niñas de 1,000 entre las edades de 15 y 19 dan a luz — es todavía más alta que en otras naciones desarrolladas de occidente. Adolescentes latinas en Estados Unidos, de las cuales el 3 por ciento dan a luz cada año, son especialmente propensas a ser madres antes de cumplir 18 años. Los expertos atribuyen esto a una confluencia de factores, incluyendo la pobreza, la cultura, los traumas y la carencia de una cabal educación de salud sexual.

Un letrero en el pasillo de la Escuela Lincoln Park en Brownsville, Texas, dirige a las alumnas hacia los servicios de embarazo. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

Los programas que ayudan a madres adolescentes a permanecer en la escuela pueden representar una diferencia significativa en el resultado de la educación y la vida tanto de las adolescentes como de sus bebés. Sólo el 53 por ciento de mujeres de veintitantos años que han tenido sus bebés durante su adolescencia se han graduado de secundaria, comparadas con el 90 por ciento de mujeres que no tuvieron sus hijos en ese período de tiempo, según Child Trends, una organización investigativa enfocada en personas jóvenes.

Los resultados de las mujeres hispanas — 100 por ciento de la población de Lincoln Park es latina — son peores. Sólo el 47 por ciento de las mujeres hispanas que tuvieron hijos en su adolescencia se graduaron de secundaria, comparadas con el 85 por ciento que no los tuvieron en su adolescencia. Y los embarazos son más comunes entre las adolescentes hispanas que entre adolescentes de cualquier otro grupo racial o étnico, excepto indias americanas y nativas de Alaska, según los Centros de Control de Enfermedades y Prevención.

Pero Lincoln Park es un tipo de escuela diferente, y ha estado ofreciendo a sus alumnas un camino diferente para construir un futuro. Con guarderías en la escuela y educadores que ofrecen planes de aprendizaje individualizados para cada alumna, la escuela provee una fuerte experiencia académica a la par que otras escuelas en el Distrito Escolar Independiente de Brownsville, un distrito con grado A situado en el extremo sur del estado, a sólo una milla de distancia de la ciudad mexicana de Matamoros. Lincoln Park es una escuela alternativa; a ninguna alumna se le obliga a asistir, pero las niñas embarazadas o madres solteras pueden optar por ser transferidas aquí.

“No enseñamos matemáticas de seis a ocho semanas y damos por sentado que la juventud [ha dominado] los conceptos de la matemática”.

Jennifer Driver, vice presidenta de políticas de SIECUS, organización que se enfoca en la educación de salud sexual.

La escuela ocupa edificios conectados en una calle tranquila con palmas y taquerías. Las aceras entre lo edificios están rodeadas de altas plantas de campana azul y mariposa típicas de Texas. Letreros que señalan hacia el laboratorio de computadoras, la guardería y los servicios de embarazo se alinean en los amplios pasillos de la escuela.

“Las niñas saben que no importa lo que pase nosotros las ayudaremos a avanzar”, dijo Hall, quien, a diferencia de las alumnas, es blanca y no habla español. Hall dijo que estaba particularmente orgullosa de la transición de la escuela de una calificación del estado de “necesita mejorar” a recibir una calificación de A en 2019. Medir la tasa de graduación de la escuela es complicado, dijo Hall, dado que los estudiantes no se gradúan de esta escuela alternativa; sus diplomas vienen de sus escuelas originales. (El distrito no proveyó tasas de graduación de escuela secundaria ni de nivel universitario de los alumnos de Lincoln Park.)

No todas las adolescentes embarazadas del distrito optan por estudiar en Lincoln Park, aunque muchas de las que tienen mayor necesidad lo hacen. “Recibimos a niñas con problemas”, dijo Hall.

Viviana no es una excepción. Su madre trabaja de cajera en un supermercado local y apenas gana suficiente para la familia; su padre está en la cárcel cumpliendo una larga condena. Antes de salir embarazada a los 14 años, Viviana contó que otras niñas la intimidaban y la hacían padecer de ansiedad y depresión.

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Todos los autobuses de la Escuela Lincoln Park están equipados con asientos para bebés para que las niñas puedan ir a la escuela con sus hijos, que asisten a la guardería gratis. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

Dijo que ella sabía de la existencia de anticonceptivos, pero decidió tener sexo sin usarlos. “Lo hice sabiendo que si ocurría, ocurría”, dijo sobre la posibilidad del embarazo.

Es difícil calcular exactamente el grado de comprensión médica sobre concepción y embarazo que se puede esperar que tenga una niña como Viviana, estudiante de una escuela pública en el estado de Texas.

La política estatal de educación de salud sexual varía mucho, lo cual hace difícil analizar los efectos de cualquier enfoque específico. Lo que sí resulta claro es que los estados con un nivel más alto de pobreza y con poblaciones de mayor riesgo y menos opciones de cuidados de salud reproductiva superan a los demás en la tasa de embarazos adolescentes. Cuando esos factores se combinan con la educación enfocada en la abstinencia, las tasas siguen siendo persistentemente altas.

Treinta y cinco estados, incluyendo a Texas, requieren que las clases de salud sexual, cuando se ofrezcan, se enfoquen en la abstinencia. De ésas, sólo un puñado requiere instrucciones sobre cómo utilizar o tener acceso a la anticoncepción, según datos agrupados por SIECUS, una organización que promueve políticas de una cabal educación de salud sexual. Es difícil trazar una línea directa entre las tasas de embarazo adolescente, las cuales han menguado nacionalmente, y lo que se les enseña a los niños en la escuela sobre la sexualidad, debido a que hay tantos otros factores, incluyendo la pobreza, la cultura y la disponibilidad de cuidados de salud. Aun así, los educadores aquí alegan que la información que los alumnos reciben es tan azarosa que no está claro lo que los alumnos saben (o no saben).

“Las niñas saben que no importa lo que pase nosotros las ayudaremos a avanzar”.

Dawn Hall, directora de Lincoln Park, una escuela alternativa para adolescentes embarazadas y madres solteras.

La ley actual en Texas no requiere que se enseñe la salud sexual en las escuelas públicas y estipula que, cuando se enseñe, las escuelas deben “enfatizar que la abstinencia de actividades sexuales, si se usa de manera consistente y correcta, es el único método 100 por ciento efectivo para evitar el embarazo”. Los elementos específicos de la instrucción se dejan al criterio de las juntas escolares individuales, que hacen su recomendación basada en el consejo de los comités asesores locales sobre salud. La enseñanza sobre anticoncepción es opcional.

Últimamente, la prensa ha captado debates para cambiar las normas de salud en cuanto a lo que los maestros deben o no deben enseñar acerca de la sexualidad y la identidad de género en lugar de lo que deben o no deben enseñar acerca de la concepción. El reciente debate en Texas, que duró un año y terminó en el otoño de 2020, se enfocó mayormente en la identidad de género, la orientación sexual y el consentimiento, tres conceptos que los legisladores votaron a favor de excluir de las nuevas normas. A partir de 2022, se supone que las alumnas de escuela intermedia reciban enseñanza sobre métodos anticonceptivos, pero los cursos sobre salud continuarán siendo una opción en la escuela secundaria.

Dawn Hall ha sido directora de la Escuela Lincoln Park en Brownsville, Texas, desde 2017. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

Con muchos estados, incluyendo a Texas, inclinándose hacia restringir más aún el acceso a un cuidado gratis de salud reproductiva, los activistas que lo favorecen dicen que es importante lo que se enseña en las escuelas sobre sexo y embarazo.

Casi el 53 por ciento de estudiantes de escuelas públicas en Texas son hispanos, y el 76 por ciento de esos alumnos se crían en la pobreza. Ambos grupos tienden a tener altas tasas de embarazo adolescente. La tasa de embarazos adolescentes de todos los grupos demográficos en Texas es la séptima más alta del país: 28 nacimientos de 1,000, o el 2.8 por ciento entre las edades de 15 a 19, un 1 por ciento más alto que el promedio nacional.

“Se diría que Texas está yendo hacia atrás”, dijo Jennifer Driver, vicepresidenta de políticas en SIECUS.

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Independientemente de ideologías, Driver dijo que aun cuando la educación sexual se enseñe aquí o en cualquier lugar del país, a menudo es insuficiente. “No enseñamos matemáticas de seis a ocho semanas y damos por sentado que la juventud [ha dominado] los conceptos de matemática”, dijo Driver.

GeorgeAna Wilson, que ha sido maestra en Brownsville durante 27 años y ahora enseña ciencias en Lincoln Park, dijo que lo que les enseñan a los estudiantes de Brownsville sobre salud sexual depende totalmente de la manera en que sus maestros de ciencias decidan enseñar el tema, en caso de que opten por hacerlo.

El enfoque más reciente de ciencia de salud en Lincoln Park ha sido en las vacunas contra el Covid-19, que ya todos los maestros han recibido y a las alumnas se les ha incentivado a que las reciban también, según la directora Hall. Cada vez que una estudiante o un familiar de una alumna se ha enfermado, el personal de la escuela les ha alentado a que reciban tratamiento. Ella dijo que el personal ha hecho lo que ha podido para mantenerse en contacto con las alumnas, la mayoría de las cuales optaron por recibir sus clases desde sus casas durante el año escolar.

Viviana Longoria, de 16 años, se despide de su hija al dejarla en la guardería de la escuela. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

“Les suministramos laptops y tabletas, así como puntos de acceso a wi-fi a todas las alumnas que lo necesitaban”, dijo Hall. “Mantuvimos además ayuda técnica disponible para ellas y llamamos a cada alumna todos los días cuando no se conectaban”.

A pesar de que las condiciones de la pandemia representaron un desafío para los educadores de Lincoln Park, el personal estaba ya práctico en adaptarse rápidamente a las necesidades de sus alumnas.

“Hay tanto drama en las escuelas regulares”, dijo Viviana en febrero de 2020. “Y siempre hay chicos malos que se portan mal, y siempre hay riñas y drogas y todas esas cosas malas. Pero los maestros aquí saben cuándo una de sus alumnas falta … Y si está cansada, le dicen, ‘Recuesta la cabeza y descansa quince minutos’”.

Todos en la Escuela Lincoln Park se refieren a las alumnas como “las niñas”. Antes de dar a luz, las niñas no tienen idea del cambio que va a haber en sus vidas, dijo Dawn Hall, directora de la escuela. (“Las niñas piensan que ellas saben, pero no saben”, dijo.) Las niñas van a la oficina de Hall a llorar cuando sus novios encuentran otras novias. Siempre preguntan si los chicos van a regresar, dijo Hall. (“No, mi amor”, ella les dice. “Ellos siguen su camino”.)

28 nacimientos de 1,000, o el 2.8 por ciento entre las edades de 15 a 19.

Tasa de nacimiento entre adolescentes en Texas.

Y a muchas de las niñas, dijo Hall, los padres las echan de la casa, diciéndoles que lo que han hecho es un pecado. Y entonces muchas de ellas se van a vivir en las casas de sus novios, donde los líderes de la escuela dicen que las madres de los chicos las tratan como criadas. Cuando llega la Navidad, las niñas hacen listas que les rompen el corazón a sus maestras: toallitas húmedas para bebés, pañales, chupetes. No piden nada para ellas.

Cuando Viviana concibió en 2018, consideró brevemente hacerse un aborto. Muchas niñas en Brownsville optan por hacerse un aborto en Matamoros, donde el procedimiento es más barato y existe más acceso que en Estados Unidos, según estudiantes y educadores aquí. Un farmacéutico de Matamoros llamado Pablo, que no quiso dar su nombre completo debido a que el aborto es ilegal en el norte de México, dijo que muchas adolescentes de Texas vienen a su farmacia a comprar combinaciones de medicamentos para terminar embarazos.

“Las niñas vienen aquí y pretendemos que no sabemos lo que están haciendo”, dijo Pablo. Los medicamentos necesarios cuestan 185 pesos mexicanos (equivalentes a $8.45) en su farmacia.

Finalmente, Viviana decidió no hacerse el aborto. “Dios me dio este bebé para que yo pudiera poner mi vida en orden. Antes de tener a mi hijita, mi vida era un desastre”, dijo.

Hall dijo que todos los adultos de la escuela — incluyendo choferes de autobuses, empleado de la cafetería y conserjes — conocen a cada una de las 140 alumnas y a cada bebé por sus nombres y hacen lo que haya que hacer para que cada alumna asista a la escuela. Los autobuses escolares recogen a las alumnas y a sus bebés en sus casas siguiendo horarios individualizados. Y la escuela tiene una tienda donde las alumnas compran pañales, mamelucos, pomos y coches pagado con tokens que ganan mediante la participación en clase y una asistencia sólida.

Acaso lo más importante durante la pandemia, las alumnas utilizan un currículum auto-programado que encuentran en el internet bajo el nombre Edgenuity, el cual las ayuda a acumular créditos para graduarse a su propio paso. Y aunque los educadores de la escuela se preocupan de que las alumnas no profundicen en la materia como lo harían si tuvieran una maestra cerca, estar preparados para que las alumnas puedan estudiar en línea es una ventaja que la mayoría de las escuelas no tienen.

madres adolescentes
Dos alumnas de Lincoln Park compran ropa para sus hijos. En la tienda gratis de la escuela, las alumnas pagan con tokens que han ganado por participar en las clases, por esfuerzo académico y por una asistencia sólida. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

Algo que la escuela no ofrece es un curso de una cabal educación sexual, a pesar de que Lincoln Park tiene una enfermera a tiempo completo especializada en obstetricia. Las maestras dicen que las alumnas aprenden la biología del embarazo con sus médicos y por experiencia propia. Aun así, las alumnas a menudo se consultan mutuamente sobre qué tipo de dolor o sangramiento es normal y cuál requiere atención médica. Depender unas de otras sobre este tipo de consejo ayuda a las niñas a sentirse parte de una comunidad, dijo Wilson, la maestra de ciencia.

“Escuchar a un adulto es una cosa, pero oírlo de sus iguales lo convierte en algo muy real para ellas”, dijo.

Wilson, que dice que trata de enseñar lo más que puede sobre salud sexual en sus clases de ciencias, dice que ha oído a alumnas perpetuando mitos sobre sexo, como ponerse de pie después del acto sexual para evitar el embarazo. (No es cierto.)

La escuela no debe considerarse imposible de poder manejarse por mujeres jóvenes con hijos, dijo Alma Cárdenas-Rubio, la asistenta de superintendente del distrito para innovación, estrategia y tecnología educacional. Dijo además que el enfoque requerido para tener éxito académico provee un “receso mental” a alumnas cuyas vidas fuera de la escuela han sido problemáticas y caóticas.

53 por ciento

porcentaje de madres adolescentes que han recibido un diploma tradicional antes de cumplir 20.  La tasa de mujeres que no han dado a luz en su adolescencia es 90 por ciento.

Graduada de escuelas públicas de Brownsville, Cárdenas-Rubio conoce bien las vidas de madres jóvenes. Ella quedó embarazada a los 19 años y tenía temor de que las decisiones que había tomado en su vida la habían reducido a nada.

“Se lo que es pensar si una va a tener suficiente dinero para gasolina, o si va a tener problemas en la casa”, dijo. Pero su padre le dijo algo que le había cambiado la perspectiva entonces y ahora: “Tú no estás paralítica, tú estás embarazada”.

El padre de Cárdenas-Rubio era un abogado. La mayoría de las alumnas aquí no tienen padres con un empleo tan estable. Todas las alumnas de Lincoln Park tienen derecho a almuerzo gratis o a precio reducido. Muchos de sus padres son indocumentados y no pueden encontrar trabajo en Estados Unidos, según los maestros aquí. Y entre los que sí trabajan, la mayoría hace trabajo físico o trabaja en la industria de comidas rápidas. La pandemia golpeó especialmente fuerte a las personas de bajo ingreso.

Una escuela no puede cambiar todos estos temas, ni Lincoln Park lo hace todo perfecto. La escuela no ofrece clases de maternidad, por ejemplo, lo cual ha demostrado que, cuando se hace bien, ayuda a las nuevas mamás y a sus hijos. Y la depresión y la ansiedad, que según Hall muchas alumnas padecieron antes del embarazo, no se eliminan teniendo un hijo.

Dos alumnas con nueve meses de embarazo trabajan en un proyecto de investigación sobre los virus en la clase de ciencias de GeorgeAna Wilson. Foto: Emily Kaplan para The Hechinger Report

En última instancia, sin embargo, es posible que el mayor impedimento para evitar el embarazo sea la falta de estabilidad y apoyo emocional en las vidas de las alumnas. (“Las niñas quieren tener un bebé porque quieren sentirse amadas”, dijo Hall.) Y estabilidad y apoyo emocional son dos cosas que Lincoln Park provee.

Con el respaldo de sus maestras, sus iguales y su propio éxito académico aquí, Viviana dice que su deseo de proveer para su hija la ha impulsado a formular un plan concreto para su vida como adulta. En estos momentos ella trabaja a tiempo parcial en Raising Cane, un restaurante de comida rápida, y está matriculada para obtener un grado de asociada para certificarse como Técnica en Cuidados a Pacientes. Después de eso, tiene planes de asistir a un colegio universitario y después continuar en una universidad de cuatro años para obtener el título necesario para ser enfermera certificada. Los obstáculos entre el presente y ese futuro son innumerables, pero Viviana dijo que está motivada por el deseo de hacer lo que sea mejor para Bella Rose.

“Ahora que la tengo a ella, yo dejo de ser importante”, dijo. “Mi hija ocupa el primer lugar en mi vida”.

Traducido por Carlos Verdecia. Este artículo sobre madres adolescentes lo produjo The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Inscríbase al boletín informativo de Hechinger.

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‘Mochilas llenas de piedras’: Cómo un distrito maneja el trauma que los niños indocumentados traen a la escuela https://hechingerreport.org/mochilas-llenas-de-piedras-como-un-distrito-maneja-el-trauma-que-los-ninos-indocumentados-traen-a-la-escuela/ https://hechingerreport.org/mochilas-llenas-de-piedras-como-un-distrito-maneja-el-trauma-que-los-ninos-indocumentados-traen-a-la-escuela/#respond Mon, 11 Jan 2021 11:00:00 +0000 https://hechingerreport.org/?p=76062

ADELPHI, Maryland. — Cuando Nando estaba en cuarto grado, las pandillas de El Salvador asesinaron a su hermano mayor. Su madre vivía aterrorizada por su seguridad, por lo que Nando dejó de ir a la escuela y permaneció dentro de la casa durante años. “Era como estar preso”, dijo. La familia de Nando tenía dificultades […]

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ADELPHI, Maryland. — Cuando Nando estaba en cuarto grado, las pandillas de El Salvador asesinaron a su hermano mayor. Su madre vivía aterrorizada por su seguridad, por lo que Nando dejó de ir a la escuela y permaneció dentro de la casa durante años.

“Era como estar preso”, dijo.

La familia de Nando tenía dificultades para comprar comida. Cada día se desesperaban más. Por lo cual, a los 16 años, decidió emprender la peligrosa jornada hacia Estados Unidos, dejando atrás a sus padres y a su hermano menor.

“Conocí a un coyote que me estaba ayudando, pero a mitad de camino me robó todo el dinero y desapareció”, dijo Nando. Entonces trabajó dos meses en una finca en México para reunir suficiente dinero y continuar la jornada. “Estaba triste. Estaba cansado. Me sentía desesperado”.

Solicitó asilo político al llegar a Estados Unidos y después de pasar seis meses en centros de detención, su tía en Maryland lo reclamó y se hizo cargo de él. Nando es su segundo nombre. Para proteger su privacidad y su seguridad, pidió que no lo llamaran por su nombre completo. Cuando apenas estaba acomodándose a una rutina en la escuela, se enteró que las pandillas habían asesinado a su otro hermano.

“Éramos tres. Ahora solo quedo yo”, dijo.

estudiantes indocumentados
Una pizarra blanca en un aula. Los educadores animan a los alumnos a compartir sus historias personales como una manera de sentir orgullo de su herencia, reconocer lo fuertes que son y procesar su trauma. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Desde el año 2013, ha aumentado significativamente el número de niños como Nando que han escapado de la pobreza y la violencia en Centroamérica. La administración de Trump ha ampliado las detenciones, ha aumentado las separaciones familiares, ha restringido el criterio para conceder asilo y ha dejado de costear la representación legal de niños indocumentados. Así y todo, entre octubre de 2018 y septiembre de 2019 más de 75,000 menores de edad solos — niños que llegaban sin ninguno de sus padres o un guardián — y casi 475,000 otras personas, incluyendo niños, fueron arrestadas cuando cruzaban la frontera sur.

La mayor atención se ha enfocado en las pésimas condiciones y las experiencias traumáticas de niños en centros de detención. Pero si piden asilo y los ponen en libertad a cargo de familiares o patrocinadores en Estados Unidos, sus casos pueden demorar hasta cinco años en atravesar el gran atraso que existe en el proceso legal. Durante ese tiempo, al igual que otros inmigrantes sin estatus oficial en Estados Unidos, se les considera “indocumentados”. Entretanto, la mayoría de los niños se matricula en escuelas públicas, donde probablemente por primera vez conocen americanos que no son policías o agentes encargados de la ley. Y en tanto no todos les dan la bienvenida, es en la escuela donde por primera vez los niños dicen que son tratados con amabilidad.

Incluso antes de que llegara la pandemia, en algunos distritos escolares ya los educadores habían comenzado a ir más allá, adaptando intencionalmente sus clases y moviendo recursos para ayudar a esos niños a triunfar en sus estudios.

En el Condado Prince George, Maryland, en las afueras de Washington, D.C., donde Nando se matriculó, los líderes escolares reconocen que el futuro de su distrito depende de que a los alumnos indocumentados les vaya bien. En 2019, fue el cuarto condado en todo Estados Unidos en el número de alumnos llegados solos entregados a patrocinadores, superado solamente por el Condado Harris en Texas, el de Los Ángeles y el de Miami-Dade. Pat Chiancone, encargada de los alumnos extranjeros en las Escuelas Públicas del Condado Prince George, dice que hace 10 años había menos de 4,000 alumnos extranjeros en el distrito. Este año, aun con las restricciones de viajar por causa del coronavirus, Chiancone dice que en el distrito la matrícula es el doble de ese número.

“Para mí la razón más importante es que es moralmente, y espiritualmente, inapropiado no tratar bien a los niños que vienen de estas familias”.

Alvin Thornton, presidente de la Junta de Educación del Condado Prince George

Tener tantos niños llegados durante el año enfrentando un nuevo idioma, una nueva cultura y una nueva vida familiar puede generar tremendo estrés. Muchos alumnos indocumentados tienen dificultades para satisfacer necesidades básicas como comer, tener donde vivir y seguro de salud. Chiancone dice que muchos también han tenido grandes lagunas en su educación y están académicamente atrasados aun en su propio idioma. Pero lo que puede tal vez ser la característica que más define a esta población es el enorme trauma que han sufrido en sus países de origen, en sus jornadas hacia acá y después de haber llegado a Estados Unidos.

Alvin Thornton, que ha presidido la Junta de Educación del Condado Prince George, enumera varias razones que hacen importante hacer lo que sea necesario para apoyar a estos niños, además de ser una ley federal. “Pero para mí la razón más importante es que es moralmente, y espiritualmente, inapropiado no tratar bien a los niños que vienen de estas familias y no darles iguales oportunidades”, dijo.

Las escuelas públicas del Condado Prince George tienen recursos en inglés y español para los que están aprendiendo inglés y sus familias. Hay más de 27,000 niños aprendiendo inglés en el distrito. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

La madre de Nando le manda textos que se asegure de cuidarse y estar vivo todavía. Vive solo en una habitación rentada y tiene un trabajo a tiempo parcial después de la escuela donde trabaja de 4 p.m. a 1 a.m. “Necesito dinero para la renta, para comprar comida y ropa. Le envío $300 a mi madre todos los meses y tengo que pagarle $6,000 a mi abogado para que se ocupe de mi caso”. Se ríe con ironía. “Sí, ando muy cansado”.

Ha pensado varias veces dejar la escuela, pero siempre ha regresado.

En octubre de 2019, los educadores de Prince George se reunieron voluntariamente en un centro comunitario en un seminario de cinco horas sobre “el cuidado informado de traumas” para poblaciones de inmigrantes, dirigido por una experta de la Universidad de Harvard. La Dra. Margarita Alegria es jefa de la Unidad de Investigaciones sobre Disparidades del Hospital General de Massachusetts y profesora en el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard. El distrito la trajo por avión con la ayuda de dos organizaciones sin fines de lucro, Caridades Católicas y la Coalición Interreligiosa para la Equidad Educacional, a fin de ayudar a sus educadores a entender cómo apoyar las grandes olas de estudiantes que cruzan la frontera y se matriculan en el distrito escolar. Los maestros estaban hambrientos de información; 150 renunciaron a un sábado soleado para participar en la sesión.

Kevin O’Donnell, un psicólogo de la escuela, quería sugerencias prácticas. “Muchos de mis alumnos han sufrido trauma y tienen dificultades. Yo quería aprender más maneras de apoyar ese trabajo”, dijo. Andrea Stutzman es una maestra que quería aprender cómo mejor conectar culturalmente con los padres: “Creo que me ayudaría a comprender mejor las experiencias de mis alumnos”. Y Jeffrey Ramírez, un guardia de seguridad, buscaba conocer mejor las experiencias de los alumnos para poder asegurarles que él no les haría daño. “Yo les digo, ‘Yo no sé lo que ustedes han pasado en su país, pero aquí es diferente’. Si salieron de allá huyendo de la violencia, aquí pueden sentirse seguros, y protegidos conmigo”, dijo.

No es raro que los niños hablen de haber visto violaciones de mujeres o personas que han quedado en el camino por no haber podido continuar la jornada hacia Estados Unidos. Berta Romero es una consejera de niños que están aprendiendo inglés en la escuela primaria Mary Harris Mother Jones en Adelphi. Las historias que ella oye son horribles. Una alumna de segundo grado contó que su mamá tuvo que taparse los ojos porque la gente se estaba ahogando en un río que estaban cruzando. Otro niño hablaba de la jornada hacia Estados Unidos en un camión repleto y que su papá tenía que empujar por encima de los demás para poder respirar. Una madre llorando le contó a Romero cómo miembros de la pandilla MS-13 abusaban de su hija en el camino hacia la escuela. Romero dice que el peso de estas experiencias es como si los niños estuvieran “cargando una enorme mochila llena de piedras”.

El atrio en la Escuela Primaria Mary Harris Mother Jones tiene banderas de diferentes países, incluyendo los de Centroamérica. La directora Dra. Karen Woodson, recientemente jubilada, abriga la esperanza de que cuando los niños reconozcan la bandera de su país, se sientan bienvenidos. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Después de llegar a Estados Unidos, en muchos casos el trauma continuó cuando la administración de Trump separó a las familias que estaban en centros de detención donde las celdas a veces se mantenían frías, la comida era inadecuada y los niños no tenían acceso a la higiene básica. Algunos niños decían que los adultos allí los amenazaban cuando no cumplían con las reglas de no hablar, no tener amigos y no jugar.

Kerri Bogart es una maestra de kindergarten que ha trabajado con muchos de estos niños. Ella dice que algunos “lloran en silencio”: se sientan con lágrimas rodándoles por las mejillas porque extrañan a sus familias. A veces son ocasionales exabruptos de ira o de llanto: “¿Mami va a estar esperándome en la parada del autobús? Me preocupa que no vaya a estar allí”. Un alumno de kindergarten se enoja y se esconde debajo de la mesa y la maestra tiene que interrumpir la lección para convencerlo de que salga. “Cuando eso ocurre tres, cuatro o cinco veces al día y se pierden partes de la lección, eso puede hacer mucho daño”. 

Los maestros tienen que entender la raíz de estas conductas y cómo manejarlas antes de lograr cualquier tipo de enseñanza. En el seminario, Alegria explicó la “pérdida compuesta” que los niños sufrieron cuando salieron de sus hogares. “Perdieron el idioma que les resultaba familiar, perdieron sus costumbres, sus hábitos, sus redes sociales. Y muchos de ellos han perdido su estatus social”, dijo ella. Alegria dijo a los maestros que tenían un papel crítico que jugar. “La escuela es el lugar donde los niños pasan la mayor parte de su tiempo. Es realmente el sistema de cuidado donde podemos lograr el mayor progreso”, dijo.

Alegria advirtió a los educadores que el trauma puede manifestarse con problemas físicos: dolores de cabeza y de estómago, insomnio, además de problemas de aprendizaje. Ella dice que los maestros no deben asumir que una falta de concentración es un trastorno de déficit de atención o hiperactividad; puede ser que los alumnos estén haciendo un gran esfuerzo por lidiar con su trauma. Para la juventud mayor, dice Alegria, el estatus social es muy importante. Les dijo a los educadores que la ayuda a estos niños a hacer nuevos amigos tiene un “efecto súper poderoso”.

Beth Hood es una trabajadora social bilingüe en el Condado Prince George, Maryland, que ayuda a alumnos de secundaria a procesar sus traumas, les enseña estrategias para sobrellevarlos y los animan a permanecer en la escuela hasta graduarse. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Beth Hood, una trabajadora social de la Escuela Secundaria High Point en el Condado Prince George, dice que a veces un niño puede parecer que está bien pero entonces algo le recuerda algo de su pasado. Una alumna tuvo un ataque de pánico al ver una pequeña pelea que surgió en la cafetería. “Después de ese episodio, sufrió una completa recaída en espiral que le impedía concentrarse y a veces lloraba en la clase”. Hood dijo que cuando habló con la alumna sobre lo que le había causado el ataque de pánico, la niña se mostró dispuesta a hablar.

“Contó que en su país había presenciado el asesinato de su mejor amigo”, dijo la trabajadora social. “Nuestros alumnos no son alumnos que uno pueda esperar que simplemente vayan a sus aulas, aprendan inglés y estén perfectamente bien”.

Los niños indocumentados ingresan en las escuelas públicas con muchos desafíos que superar, pero también con mucha fortaleza. Los maestros dicen que son muy trabajadores, muy dedicados, se protegen unos a otros y están ávidos de aprender. Las escuelas de Prince George se han enfocado en tres áreas de apoyo hacia esos niños: mejorar su habilidad para el idioma, ser inclusivos y desarrollar resiliencia.

Aprender inglés es un paso obvio pero crítico. Además de ayudar a los alumnos a triunfar académicamente, es una manera de hacer amigos, traducir para sus padres y navegar en su nueva cultura. Es asimismo una manera de compartir sus historias y sentirse incluidos.

Hay más de 27,000 alumnos aprendiendo inglés en este sistema escolar, por lo cual el distrito ha dado un gran impulso a maestros de aulas regulares. A ellos se les enseñan estrategias como el uso de recursos visuales y el aprendizaje práctico de participación personal.

Christian Rhode es el jefe de despacho del superintendente de las escuelas públicas del Condado Prince George. Dijo él que priorizar iniciativas para estos niños es una cuestión de equidad porque “para muchos de ellos la escuela equivale a un refugio”. Pero Rhode también dice que es una cuestión demográfica. Niños considerados “subgrupos” en muchos distritos suburbanos, tales como los que aprenden inglés y los que viven en la pobreza, forman colectivamente la mayoría de los estudiantes del condado. “Ese es el núcleo de nuestra base”, dijo. “Y tomamos decisiones como un sistema escolar basado en la población de estudiantes que tenemos”.

Rhode dice que es un “error” creer que tenemos una gran cantidad de recursos adicionales para ayudar a educar a estos niños. Más bien “el presupuesto es una función de prioridad”. El distrito también ha permitido a los directores de las escuelas un nivel de autonomía fiscal para que puedan costear prioridades basadas en las necesidades de las escuelas. Además, dice que el distrito se asocia de manera extensa con agencias del condado y organizaciones sin fines de lucro del área. Y mientras los distritos de Maryland recibieron en efecto fondos adicionales para alumnos vulnerables como un “pago inicial” después de que el estado aprobó la Ley del Diseño del Futuro de Maryland, Rhode dice que esos fondos expirarán en junio de 2021 si los legisladores no toman acción. Añade que los legisladores deben actuar ahora porque dadas las tendencias de inmigración y los desafíos adicionales causados por el coronavirus, “pienso que cada distrito del país va a ver el año próximo un aumento en las necesidades”.

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La maestra Tanya Gan Lim dice que tener una clase pequeña donde los niños puedan cometer errores les crea confianza. “Cuando están en aulas regulares, se sienten tímidos y no quieren hablar porque no quieren cometer errores”, dice Lim. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

El año pasado, las escuelas del Condado Prince George crearon un “currículo para recién llegados”, un curso de 12 semanas que debe tomar cada alumno que no hable inglés y sea nuevo en el país a fin de crear rápidamente un vocabulario en inglés.

Tanya Gan Lim enseña esta clase a alumnos de kindergarten. Se enfoca en temas prácticos, como el transporte, el clima, los alimentos. Pero ella también se enfoca en la formación de confianza. Lim anima a sus alumnos a hablar. “Cuando están en las aulas regulares se sienten tímidos, no quieren hablar porque no quieren cometer errores”, dice Lim.

Ana, una alumna de kindergarten, se siente más confiada después de solamente dos meses en el curso de recién llegados, aunque todavía necesita práctica con el sonido de ciertas sílabas. Ella quiere aprender inglés para “ser inteligente” y utiliza a Google Translate para buscar palabras que no entiende. Existe también una razón más práctica: A la edad de 7 años ella necesita traducir para su madre en el supermercado. “Si vamos a algún sitio y mi mamá dice “¿Cuánto vale?” y yo le digo que son tres dólares o cuatro dólares. Ella se pone contenta y me dice ‘Te quiero’”

Celebrar los puntos fuertes que estos niños traen consigo cuando vienen es otra manera de formarles confianza en la escuela. En la Escuela Primaria Mary Harris Mother Jones, la directora Karen Woodson era una autoridad en hacer que todos se sientan bienvenidos, documentado o no. La escuela ha visto aumentos significativos en el número de recién llegados, que ahora constituyen el 16 por ciento del cuerpo escolar, dijo.

Woodson se jubiló recientemente, pero muchas de sus normas continúan. El invierno pasado, cuando todavía era directora, caminaba por el edificio señalando las banderas grandes en el atrio, lo primero que veían los niños al entrar a la escuela. “Van a reconocer enseguida la bandera de El Salvador. Todos los países de Centroamérica y Sudamérica están representados aquí”, decía. Ella abriga la esperanza de que cuando los niños reconozcan su bandera, van a saber que son bienvenidos. Hay también letreros en toda la escuela que dicen, “Ser bilingüe es mi poder superior”.

Un niño de 6 años que está aprendiendo inglés escoge juguetes plásticos que representan sus alimentos favoritos. Está a punto de escribir una oración acerca de los alimentos para leerla en voz alta. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Woodson es afroamericana y cambia sin esfuerzo entre inglés y español. Dice que padres y alumnos se quedan asombrados cuando la oyen por primera vez hablando en distintos idiomas. “La primera reacción es, ‘Eh, ¿por qué está hablando en español?’ Y la próxima pregunta es, ‘¿Y de dónde es usted?’ Y yo les digo, ‘De Nueva York’, y ellos dicen ‘¿Qué dice?’ Ella aprovecha esa oportunidad par explicarles que ella no creció hablando español, sino que lo estudió, igual que ellos están estudiando inglés. “Yo hice lo mismo y aproveché el tiempo. Ustedes también pueden hablar otro idioma con fluidez”.

Las personas que trabajan en la oficina de la escuela son también bilingües y todos los letreros en inglés también se presentan en español, desde la entrada a la escuela hasta los bidones de basura. La biblioteca también tiene varios libros en español, y Woodson estimula a los niños a que no descuiden su español. Woodson dice que esos pequeños esfuerzos ayudan a los alumnos a ver que no hay jerarquías en los idiomas.

Alegria dice que el respeto hacia la cultura de la familia de un niño no es simplemente un acto de “bondad”, también es mejor para el desarrollo de los alumnos. Dice que los niños pueden llegar a aprender a navegar ambas culturas muy bien. Pero al principio tienen que sentirse “anclados” en su propia cultura.

La directora Woodson también amplió el personal de apoyo. Con la flexibilidad que tenía en su presupuesto el año pasado contrató a tres adicionales asistentes bilingües de maestros. La escuela también contrató a un consejero bilingüe que puede dar apoyo a los maestros, visitar las casas de los alumnos y reunirse individualmente con alumnos que tienen dificultades, y ser un enlace bilingüe con la comunidad que puede conectar las familias recién llegadas a servicios exteriores.

Pero Woodson, que ahora es una consultora que apoya a líderes en escuelas con un alto número de alumnos aprendiendo inglés, advirtió que aun con estos apoyos, nada de esto es fácil para los educadores. “Con esta afluencia, tengo que ser muy honesta. Los maestros están cansados. Es mucho”.  Añadió que ella anima a los maestros a expresar cómo se sienten y que se apoyen unos a otros. “¿Y sabe qué? Estamos cansados pero dedicados. Descansamos, pero de ningún modo abandonamos la tarea”.

Tanya Gan Lim enseña una “clase para recién llegados” que el distrito del Condado Prince George creó para niños que han estado en Estados Unidos menos de un año y están aprendiendo inglés. Están enfocadas en temas que los niños usan diariamente, tales como el clima, las partes del cuerpo y el transporte, para ayudarlos a desarrollar su vocabulario. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Poder crear relaciones y tener una voz es una manera crítica para que los alumnos indocumentados se integren y contrarresten parte del trauma que han vivido. El Condado Prince George está enfocado intencionalmente en la salud mental.

La trabajadora social Beth Hood dice que hay aproximadamente 300 recién llegados a la escuela secundaria. Ella organiza “círculos” para darles apoyo. El inglés de ellos es muy limitado, por lo que ella habla en español y comienza con algunos aspectos muy básicos de la educación en Estados Unidos, desde el plano del edificio a la función de las enfermeras de la escuela hasta la expectativa de que los alumnos vengan a clase todos los días. Pero ella también los anima a compartir sus historias sobre de dónde vienen y cómo eran sus vidas anteriormente.

“Es importante que ellos hablen de cómo antes cuidaban a las vacas o cocinaban tortillas y acompañaban a sus abuelas al mercado”, dijo ella. “Estos son puntos fuertes de su realidad cotidiana y experiencias que traen”.

Muchos de estos alumnos son menores que llegaron solos y a veces no confían en adultos. De modo que Hood dice que los círculos son una forma de que los adolescentes se hagan amigos de otros como ellos para no sentirse solos. La capacidad de sobrellevar esas situaciones los ayuda a sanar. Hood les enseña ejercicios de respiración y discuten cómo resolver conflictos. En una fría mañana de invierno trabajaron en grupos haciendo listas de factores que les ayudan a progresar.

Un alumno lee su lista. “Confianza, amor de familia, paciencia, consejos de los padres y aprender inglés.

Otra alumna comparte lo que la motiva a hacer las cosas bien. “Salir con nuevas amigas, apoyarse mutuamente, continuar esforzándose cada día, nuevas oportunidades, nuevos sitios”.

En cada oportunidad, Hood los elogia por compartir y los anima a ser optimistas. Es una manera de crearles resiliencia, recordándoles lo mucho que han avanzado. A veces ella trae antiguos alumnos que son también indocumentados o que también llegaron como menores solos y permanecieron en la escuela hasta graduarse.

En 2014, cuando hubo una ola grande de menores solos en el Condado Prince George, los maestros le pidieron a la directora que creara la posición de trabajadora social, en vez de contratar a otro maestro. La directora estuvo de acuerdo y el año pasado la escuela agregó otra trabajadora social.

“Es ahí donde les llega la tentación, de poder ganar dinero que nunca han ganado en sus vidas y que pueden de cierta manera ayudar a las familias que quedaron atrás”.

Beth Hood, trabajadora social, hablando sobre algunos de sus alumnos indocumentados.

Hood dice que el enfoque en apoyar la salud mental de los alumnos es clave para que logren triunfar académicamente. La causa de esto es la constante dificultad de muchos adolescentes recién llegados a permanecer en la escuela. Sienten una enorme responsabilidad hacia los familiares que quedaron atrás en sus países. Por lo cual buscan empleos en fábricas, restaurantes, o haciendo limpiezas. “Son los trabajos más arduos y horribles que hay”, dice Hood. “Es ahí donde les llega la tentación, de poder ganar dinero que nunca han ganado en sus vidas y que pueden de cierta manera ayudar a las familias que quedaron atrás”.

Uno de los alumnos de Hood, Luis, tenía 16 años cuando escapó de la violencia en Guatemala hace casi dos años y llegó a Estados Unidos. Su primer idioma era la lengua indígena mam. Hablaba muy poco español y nada de inglés. Luis trabaja ahora en un mercado de víveres. “Termino la escuela a las 2:30 y trabajo de 3:30 a 11”, dijo Luis. Necesita cada dólar para pagarle al coyote que lo trajo de contrabando, pagarle al abogado, pagar la renta. Y envía dinero a la familia en su país. “Un dólar es una gran cantidad de dinero en Guatemala.”

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Como parte de un ejercicio, la trabajadora social Beth Hood les pide a los alumnos que escriban cuáles son sus esperanzas para el próximo semestre. Varios alumnos dicen que quieren mejorar sus notas y aprender más inglés. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

Al principio, cuando los clientes le preguntaban algo a Luis, él no podía responder. “Entonces practiqué más, más y más. Y ahora les ayudo en todo, ¡sin problemas!” dijo. Luis hace sus tareas escolares después del trabajo. Pero admite que a veces le cuesta trabajo despertarse.

Hood dice que la mayoría de los alumnos recién llegados comienzan muy motivados a progresar en la escuela. “Pero llega el momento en que sus cuerpos físicos solamente pueden resistir cierto límite de trabajo y estudios”.

“Termino la escuela a las 2:30 y trabajo de 3:30 a 11. Un dólar es una gran cantidad de dinero en Guatemala.”

Luis, alumno indocumentado que trabaja en un mercado de víveres.

“En cuanto a los alumnos menores que llegan solos”, añade ella, “los vemos abandonar la escuela en mayor número”.

Al final de la clase los alumnos comienzan a bromear entre ellos mientras completan su trabajo de clase y Hood está visiblemente contenta. El ambiente es completamente diferente de cuando comenzó el curso escolar, cuando apenas hablaban entre ellos y todos estaban aterrorizados.  Ella dice que su escuela crea intencionalmente oportunidades para que los recién llegados se diviertan. El año pasado, la directora organizó un almuerzo en los días de fiesta especialmente par ellos, hasta con un disc jockey encargado de la música, porque los días de fiesta — y el recuerdo de los años celebrados con sus familias — son difíciles.

“Todos bailaron, y los alumnos bailaron con los empleados. Fue pura diversión”, dijo Hood. “Trae ese sentido de compasión y amor y diversión a la escuela. Y sabemos bien que cada experiencia positiva de un inmigrante joven crea resiliencia y confianza”.

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Nando, Un estudiante indocumentado de El Salvador, superó tremendos obstáculos para graduarse de la escuela secundaria en Estados Unidos. Vivió solo en una habitación rentada, trabajó largas horas para enviar dinero a su familia y lloró solo cuando su hermano fue asesinado en El Salvador. Pero estaba resuelto a graduarse para que su madre estuviera orgullosa de él. “Yo quería lograr esto para ella. Nos echamos mucho de menos”. Credit: Kavitha Cardoza para The Hechinger Report

El Condado Prince George ha demostrado una verdadera dedicación para educar a estos niños indocumentados, pero todo resulta más difícil ahora que el distrito ha cambiado hacia clases remotas por internet debido a la pandemia. Los maestros hablan de lo difícil que es desarrollar relaciones por internet. Algunas de las iniciativas sobre idiomas en todo el distrito que se valen de elementos visuales y enseñanzas prácticas resultan casi imposibles para alumnos que tienen malas conexiones de internet, sin elementos básicos como papel y lápices o con un bebé llorando como sonido de fondo.

La maestra Tanya Gan Lim dice que le preocupa que los alumnos no estén oyendo inglés en los pasillos o en el patio de juegos ahora que no están yendo a la escuela. El Condado Prince George distribuyó cuadernos gratis y unidades móviles de Wi-Fi pero a veces estos niños y sus familiares no saben cómo entrar a una página electrónica o resolver una dificultad técnica. Los trabajadores sociales dicen que pasan el tiempo dándoles apoyo técnico o tratando de localizar a niños que no están asistiendo a clases durante la pandemia. Muchos padres o guardianes han perdido sus trabajos o les han reducido las horas, por lo que estos alumnos indocumentados se sienten presionados a buscar trabajo para ayudar a pagar las cuentas.

“Estamos cansados pero dedicados. Descansamos, pero de ningún modo abandonamos la tarea”.

La exdirectora Karen Woodson, cuya escuela tuvo un aumento brusco de alumnos indocumentados.

El número de personas cruzando la frontera está ahora aumentando. El número de arrestados, que a menudo se utiliza para saber si la inmigración está aumentando o no, descendió bruscamente este año en parte por las restricciones de emergencia de salud de la administración de Trump de expulsar a todos los que llegan a la frontera, incluyendo niños, para prevenir el contagio de coronavirus. Recientemente, un juez restringió esa orden.

El presidente-electo Biden ha señalado que promoverá varios cambios en la inmigración, incluyendo un “camino hacia la ciudadanía” para los millones de inmigrantes indocumentados en el país. Pat Chiancone, que dirige la oficina internacional de estudiantes, dice que prevé que las cifras de niños que cruzan la frontera y se matriculan en escuelas del área va a aumentar. “Creo absolutamente que las cifras van a volver a aumentar cuando pase la pandemia. Sin duda alguna”, dijo ella.

Pero está claro que los alumnos indocumentados quieren aprender y pueden tener éxito. Tras años de atravesar dificultades, Nando se graduó de la escuela secundaria este año. Quiso demostrarle a su madre que él podía lograr algo. “Quise hacer esto por ella. Nos echamos tanto de menos”.

Él tenía sueños de ser médico, pero por ahora trabaja de pintor. Está agradecido de sus maestros que lo apoyaron y quisiera que todas las personas lo vieran a él como lo hacían ellos. “Estamos aquí porque queremos mejorar nuestras vidas. Tener una vida mejor”.

Este artículo sobre estudiantes indocumentados lo produjo The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación.

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Olvídese de la clase de educación cívica y de la junta de gobierno estudiantil: los estudiantes quieren formas prácticas de influir en las decisiones que dan forma a su educación. https://hechingerreport.org/olvidese-de-la-clase-de-educacion-civica-y-de-la-junta-de-gobierno-estudiantil-los-estudiantes-quieren-formas-practicas-de-influir-en-las-decisiones-que-dan-forma-a-su-educacion/ https://hechingerreport.org/olvidese-de-la-clase-de-educacion-civica-y-de-la-junta-de-gobierno-estudiantil-los-estudiantes-quieren-formas-practicas-de-influir-en-las-decisiones-que-dan-forma-a-su-educacion/#respond Fri, 30 Oct 2020 04:01:26 +0000 https://hechingerreport.org/?p=75090

Vida Mendoza tiene sólo 14 años, pero espera votar en dos años. Mendoza es parte de la campaña por la iniciativa Oakland Youth Vote, dirigida por estudiantes que abogan por dar a los jóvenes de 16 y 17 años, el derecho a votar por los representantes de la junta escolar. En Mayo el Concejo Municipal […]

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Vida Mendoza tiene sólo 14 años, pero espera votar en dos años.

Mendoza es parte de la campaña por la iniciativa Oakland Youth Vote, dirigida por estudiantes que abogan por dar a los jóvenes de 16 y 17 años, el derecho a votar por los representantes de la junta escolar. En Mayo el Concejo Municipal de Oakland votó unánimemente para incluir la iniciativa en la boleta de votación en las elecciones generales de Noviembre.

Mendoza es una estudiante de noveno grado en la escuela secundaria, Life Academy en Oakland. Dice que la junta escolar debe rendir cuentas a los 36,000 estudiantes del distrito, el 85 por ciento de los cuales son personas de color, y asegurarse que todas sus escuelas estén “obteniendo los recursos que necesitan”.

Vida Mendoza, de catorce años, estudiante de noveno grado en Life Academy en Oakland, ha hecho campaña a favor de una medida electoral que reduciría la edad para votar a 16 años para las elecciones de la junta escolar de la ciudad. Credit: Alison Yin

“¿A quién representa realmente la junta escolar? ¿Se está representando adecuadamente a los estudiantes de color y se están tomando decisiones para apoyarlos a ellos y a su aprendizaje?” Se pregunta Mendoza.

En los últimos años, los estudiantes han liderado marchas climáticas, eventos en favor del control de armas de fuego, protestas por las políticas federales de inmigración y por la injusticia racial. Ahora exigen un papel más importante en la política escolar y las decisiones que influyen en su educación.

Algunos distritos escolares, gobiernos locales y grupos sin fines de lucro a lo largo del país han fortalecido este activismo juvenil, al darles a los estudiantes oportunidades para participar en roles de liderazgo y democracia más allá de las clases de educación cívica y de la junta del gobierno estudiantil. También buscan aprovechar este momento para educar a los adolescentes sobre las elecciones y la importancia del derecho a votar con el objetivo de convertirlos en votantes de por vida. A pesar de los indicios de que los jóvenes están cada vez más involucrados en la vida cívica, la participación electoral entre los jóvenes de 18 a 24 años se mantiene baja y muchos adultos jóvenes dicen que no conocen los aspectos básicos de cómo registrarse para votar y emitir un voto.

“La realidad es que en la mayoría de los sistemas de gobierno escolar, los jóvenes son marginados sistemáticamente … y los estudiantes no juegan ningún papel”.

Andrew Brennen, becario de educación de National Geographic

Rebecca Kaplan, presidenta del consejo municipal de la ciudad de Oakland, autora de la iniciativa que concede el derecho a votar por la junta escolar, a jóvenes de 16 y 17 años,  señala que la propuesta tiene “el objetivo inmediato de permitir que los jóvenes tengan voz en las decisiones de la junta escolar que son importantes para ellos, y también es realmente una estrategia para construir democracia, fomentar la participación y el compromiso cívico a largo plazo “.

“La realidad es que los jóvenes son marginados sistemáticamente en la mayoría de las juntas escolares” dice Andrew Brennen, becario de educación de National Geographic que trabaja con movimientos liderados por jóvenes. Señala que los esfuerzos para empoderar a los estudiantes en distritos escolares como Oakland son refrescantes, pero aún queda mucho más trabajo por hacer en el resto del país. “Los estudiantes no juegan absolutamente ningún papel”, agregó.

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la Iniciativa QQ, es una iniciativa de votación local en Oakland que daría a los jóvenes de 16 y 17 años el derecho a votar en las elecciones de la junta escolar. Luego de una campaña de un año dirigida por estudiantes, el Concejo Municipal de Oakland votó unánimemente en mayo para incluirlo en la boleta de votación de noviembre. Credit: Alison Yin

La participación cívica de Mendoza comenzó en la escuela media, cuando se inscribió en la Unión de Estudiantes del Concejo Municipal (All City Council Student Union), un grupo patrocinado por el distrito escolar de Oakland, que les otorga a los estudiantes una voz en la toma de decisiones del distrito escolar. Ella dice que visitó escuelas de la ciudad y se sorprendió por las disparidades en la infraestructura escolar y la asignación de recursos. 

Cada año, la Unión de Estudiantes del Concejo Municipal, elige y se enfoca en un tema. En los últimos años, el grupo ha promovido cambios en los requisitos de graduación del distrito para alinearlos con los requisitos de admisión para los sistemas universitarios de California, y una expansión de los fondos para un programa de alimentación después de la escuela que había sido recortado por la junta escolar.

La iniciativa Oakland Youth Vote que figura en la boleta en las elecciones de Noviembre como Iniciativa QQ, es una de las últimas causas que está impulsando la Unión de Estudiantes del Concejo Municipal, en colaboración con organizaciones comunitarias y la Comisión Asesora de Jóvenes de Oakland (Oakland Youth Advisory Commission), un grupo convocado por la ciudad para consultar sobre cuestiones de política educativa.

“¿A quién representa realmente la junta escolar? ¿Se está representando adecuadamente a los estudiantes de color y se están tomando decisiones para apoyarlos a ellos y a su aprendizaje? ”

Vida Mendoza, estudiante de primer año de secundaria, Oakland, California

La idea de reducir la edad para votar, surgió luego de las huelgas de maestros de Oakland en febrero de 2019, según Lukas Brekke-Miesner, director ejecutivo de Oakland Kids First, una de las organizaciones sin fines de lucro involucradas en la campaña. Según Brekke-Miesner, después que los estudiantes marcharon en solidaridad con los maestros, se molestaron cuando la junta escolar recortó los fondos de varios programas que ellos exigían, incluyendo el programa de justicia restaurativa y el de administradores en casos de orfanato. Esto ocurrió durante las renegociaciones de contratos con el sindicato de maestros. 

Los jóvenes tenían continuas frustraciones con los sucesivos recortes a servicios críticos, dice Brekke-Miesner. Por eso la Unión de Estudiantes del Concejo Municipal y Oakland First Kids se unieron para lanzar la campaña de voto juvenil en el otoño de 2019. Los estudiantes lo vieron como una forma de hacer que la junta escolar rinda cuentas a los jóvenes.

Christian Castillo, estudiante en su último año de secundaria, en la escuela Coliseum College Prep Academy, ha hecho campaña por el voto de los jóvenes como miembro de la Unión de Estudiantes del Consejo Municipal. El señala que no estaba interesado en la política antes de unirse al grupo este año. “Ser políticamente de derecha o de izquierda, o tener una opinión al respecto, nunca aplicó en mi caso realmente”, dice Castillo. “Siempre pensé que había otras personas que podían hacerlo…creí que no tenía que hacerlo”. Ahora Castillo  está persuadiendo a sus amigos que tienen la edad suficiente para votar, informándoles cómo ellos y su comunidad se beneficiarán, si se aprueba la Iniciativa Oakland Youth Vote.

Los líderes estudiantiles de la Unión de Estudiantes del Consejo Municipal de Oakland intercambian ideas sobre el mensaje de la campaña de Oakland Youth Vote, discuten por qué los jóvenes de 16 y 17 años están listos para votar en las elecciones de la junta escolar local. Credit: Charlotte West

A través de la Unión de Estudiantes del Consejo Municipal, los estudiantes de Oakland tienen una voz más fuerte en la política educativa local que los estudiantes en otras ciudades. Pero los jóvenes dicen que no es suficiente. 

Vida Mendoza como Christian Castillo, son los dos dirigentes estudiantiles de la Unión de Estudiantes del Consejo Municipal que sirven en la Junta de Educación de Oakland en calidad de asesores y se reúnen periódicamente con sus homólogos adultos. Ese es un modelo cada vez más común tanto en distritos, como en estados. Kentucky, por ejemplo, creó recientemente su primer puesto para un estudiante en la junta de educación estatal. Pero en los distritos y estados que incluyen a estudiantes en la junta escolar, ellos tienen pocas veces, poder de voto.

Jessica Ramos, estudiante de décimo segundo grado de la escuela secundaria Skyline High School, y dirigente estudiantil de la Junta de Educación de Oakland, siente que su rol en la junta, es similar a “ser solo una adolescente”. Ramos expresa su frustración. “Hay asuntos que el gobierno (local) hace y nos afectan, pero no podemos votar”. Los dirigentes estudiantiles de la junta escolar de Oakland pueden emitir un voto consultivo, reflejado en el registro oficial. Ramos indica que realmente eso no cuenta. “Es solo una opinión “.

la votación de los jóvenes
Jessica Ramos, una estudiante de último año de 17 años en Skyline High School, se sienta afuera del municipio de Oakland con su perro Lucky. Como uno de los dos dirigentes estudiantiles en la Junta de Educación de Oakland, Ramos sirve como la voz de los 36,000 estudiantes del distrito. Credit: Alison Yin

Un puñado de estados permite a los representantes de los estudiantes plenos derechos de voto en la junta estatal de educación, incluidos California, Massachusetts, Tennessee y Vermont. Massachusetts es único, en el sentido de que los representantes de la junta de gobierno escolar, son elegidos por sus compañeros. La hermana mayor de Mendoza, Gema Quetzal, sirvió en la Junta de Educación de California en 2018-19, donde disfrutó del mismo poder de voto que otros miembros. 

Ahora está en su segundo año en la Universidad de Stanford. Ella ayuda a promover la campaña en favor de la iniciativa Oakland Youth Vote. “Como miembro con derecho a voto, sentí que podía responsabilizar a los adultos por las decisiones que toma sobre la educación de mis compañeros en todo el estado” dice Gema. “También podía dar la perspectiva de lo que los estudiantes ven en sus escuelas todos los días”, agrega. 

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Otros distritos escolares están tratando de elevar la voz de los estudiantes en la política educativa y evitar el “tokenism”, palabra usada por Cristina Salgado y que se refiere a la inclusión simbólica de una minoría. Salgado fue contratada por el Sistema de Escuelas Públicas de Chicago en el 2012 para supervisar los “Comités de Voces Estudiantiles” creados por el distrito.

Según Salgado, los estudiantes que forman parte de los comités aprenden a investigar, organizar e identificar soluciones a problemas en sus escuelas. Explica que los comités son diferentes a la junta de gobierno estudiantil tradicional porque cualquier estudiante puede unirse. Los miembros de los comités encabezaron una huelga a raíz de la matanza de 2018 en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida. También ayudaron en las discusiones sobre la infraestructura escolar, la asistencia escolar y la contratación de un nuevo director de una escuela secundaria.

Los comités se encuentran dentro del Departamento de Ciencias Sociales y Participación Cívica del distrito escolar de Chicago, que promueve la participación cívica dentro y fuera del aula a través del plan de estudios sociales de kindergarten hasta el grado 12, así como servicio comunitario y el aprendizaje basado en proyectos centrado en la educación cívica.

“Enseñar sobre el compromiso cívico solo de vez en cuando es como enseñar a alguien a nadar sin ni siquiera ponerlo en el agua”.

Heather Van Benthuysen, directora del Departamento de Ciencias Sociales y Participación Cívica de las Escuelas Públicas de Chicago 

Uno de los principales objetivos del departamento es educar a los estudiantes sobre la democracia y el proceso electoral no solo durante un año de elecciones, según la directora Heather Van Benthuysen. “No se trata solo de promover el voto, sino también de hablar, y aprender sobre temas electorales, discutir y elevar temas en la comunidad, comprometerse con los funcionarios electos y asegurarse de que te representen”, resalta Van Benthuysen. “Enseñar sobre el compromiso cívico solo de vez en cuando, es como enseñar a alguien a nadar sin ni siquiera ponerlo en el agua” concluye Van Benthuysen.

A principios de Octubre, el distrito llevó a cabo un evento virtual para capacitar a los estudiantes de secundaria de los distritos que tienen una baja participación a la hora de votar. 

Los estudiantes aprendieron sobre temas como la votación por correo, las elecciones locales y cómo la pandemia podría afectar la participación electoral. Luego analizaron los datos de participación de votantes en sus vecindarios y desarrollaron planes para educar a sus pares más jóvenes, familiares y vecinos sobre las elecciones.

Brenda Casas, una joven de 16 años de la escuela secundaria Tilden High School, en Chicago, dice que comenzó a interesarse en la política después de tomar una clase de educación cívica el año pasado. Pero no fue hasta el taller virtual cuando  aprendió a hablar con otros sobre los beneficios de votar. Después del evento, decidió abordar el tema con su madre. “Estaba tratando de convencerla, ella es una de las personas que no quiere votar porque no confía en el sistema”, asegura Casas. 

Otros distritos y estados también han comenzado a promover de forma práctica la educación cívica. En 2018, Massachusetts aprobó un proyecto de ley que requiere que cada alumno de octavo grado, participe en al menos un proyecto de educación cívica no partidista dirigido por estudiantes. En Nueva York, el Sistema de Escuelas Públicas, contrató a su primer “administrador de voz estudiantil” en 2019. Y en el condado de Montgomery, Maryland, los jóvenes de 16 y 17 años pueden recibir horas de servicio comunitario por ayudar durante las elecciones. Un ejemplo de como en el actual ciclo de elecciones, muchas oficinas electorales se han asociado con las escuelas secundarias para reclutar estudiantes como trabajadores electorales. 

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la votación de los jóvenes
Estudiantes de Berkeley High School instalaron un puesto de registro de votantes en el campus de la Universidad de California en Berkeley. Los votantes de Berkeley aprobaron una medida que otorga a los jóvenes de 16 y 17 años el derecho a votar por los miembros de la junta escolar en 2016, pero se ha estancado en medio de obstáculos financieros y logísticos. Lograr que los jóvenes de 16 y 17 años se inscriban con anticipación para votar, ayuda a demostrar qué tan preparados están los adolescentes para participar en la democracia, dijo Sylvie Love, estudiante de último año de Berkeley High. Credit: Alison Yin

Oakland no es la única ciudad que intenta reducir la edad de votar para elecciones locales. Al menos tres ciudades de Maryland han ampliado los derechos de voto en las elecciones locales a jóvenes de 16 y 17 años, y un puñado de estados y otras ciudades han explorado la idea. En 2015, Generation Citizen, una organización sin fines de lucro, lanzó una campaña nacional para extender los derechos de voto a los adolescentes en las elecciones locales.

Los votantes de Berkeley aprobaron una medida que otorga a los jóvenes de 16 y 17 años el derecho a votar por miembros de la junta escolar en 2016, pero se estancó en medio de obstáculos financieros y logísticos. La ciudad no podía gastar dinero en la implementación de esa nueva medida. Debido a que la elección era a nivel del condado, la logística de tener una boleta de votación, separada para los jóvenes de 16 y 17 años en Berkeley es complicada.

“Muchos de los obstáculos que hemos enfrentado son el resultado de que Berkeley es una de las primeras ciudades en todo el país y la única en California, en impulsar esta iniciativa, por lo que no hay precedentes de cómo hacerlo”, dijo Adrienne Mermin, estudiante de último año de Berkeley High School que ha estado presionando para que se implemente la medida.

Los defensores de la Iniciativa QQ en Oakland, esperan evitar ese tipo de burocracia si la medida es aprobada. 

El Consejo Municipal de Oakland está comprometido a financiar e implementar la iniciativa Oakland Youth Vote, si se aprueba la medida, según la concejal Rebeca Kaplan, autora de esta propuesta.

Mermin dice que si esta iniciativa se aprueba, espera que esto ejerza presión sobre la ciudad de Berkeley y en los alrededores del condado de Alameda para reducir la edad de votar en las elecciones generales.Mermin dice que una de las razones por las que los jóvenes de 18 a 24 años no votan es que se encuentran en medio de grandes transiciones en la vida, como empezar la universidad e ingresar al campo laboral. De acuerdo con Mermin, permitir que los jóvenes voten mientras están en la secundaria, haría que se familiaricen con el proceso electoral y conduciría a una mayor participación electoral. 

Eso ocurre en Takoma Park, una ciudad de 18,000 habitantes en Maryland cerca Washington DC. En 2012 fue la primera ciudad de Estados Unidos en reducir a 16 años, la edad para votar en las elecciones locales. Según datos de la oficina del secretario de la ciudad de Takoma, el promedio aproximado de la participación de los jóvenes de 16 y 17 años en las elecciones locales entre 2013 y 2017 fue del 42 por ciento, en comparación con el 20 por ciento del promedio de participación en general. 

El ex concejal de Takoma, Timothy Male, describe la conducta de los jóvenes de su ciudad “Ellos se comportan básicamente como personas de 70 años”, dice Male, quien asegura que los jóvenes van a las reuniones del consejo de la ciudad, organizan debates y registran votantes.   

la votación de los jóvenes
Vida Mendoza, de catorce años, y su hermana mayor, Gema Quetzal, estudiante de segundo año en la Universidad de Stanford, se encuentran frente a su casa en Oakland. Las hermanas son parte de una campaña dirigida por estudiantes para reducir la edad para votar en las elecciones de la junta escolar. Mendoza dijo que su activismo proviene de ver a su madre y su hermana organizarse en la comunidad. Credit: Alison Yin

En Oakland, los estudiantes han estado trabajando durante la pandemia para asegurarse que la iniciativa Oakland Youth Vote, tenga éxito. En Mayo más de una docena de estudiantes organizaron una campaña de llamadas telefónicas y a principios de Octubre hicieron un evento de lanzamiento virtual en Facebook Live, con estudiantes y presentaciones en vivo de artistas y músicos locales. 

Lukas Brekke-Miesner de Oakland Kids First, dice que la participación política cambia a los jóvenes. Señala que los estudiantes que antes estaban aterrorizados de hablar frente a los miembros del consejo, ahora dominan el escenario. “Como organizadores son mucho más eficaces que nosotros los adultos, porque tienen más que perder y conocen estos asuntos por experiencia propia”, dice Brekke-Miesner. 

Si la iniciativa QQ se aprueba el 3 de Noviembre, aproximadamente 8,000 jóvenes de 16 y 17 años en Oakland tendrán derecho al voto. 

Vida Mendoza, la estudiante de noveno grado de la escuela Life Academy, espera con gran expectativa el 2022 para estar entre esos votantes adolescentes y elegir a los miembros de la junta escolar. Mendoza argumenta que no es la complacencia lo que aleja a los jóvenes de las urnas, sino el fracaso de las escuelas en educar a los jóvenes sobre la mecánica del voto y cómo el derecho al voto puede hacer la diferencia.   

Su pasión por el activismo vino de ver a su madre y a su hermana organizarse en la comunidad. Pero ella le da crédito a la Unión de Estudiantes del Consejo Municipal de Oakland por darle una plataforma. “Vas a la escuela para aprender”, dice Vida Mendoza, “pero también puedes aprender lo que sucede más allá de tu salón de clase”. 

Traducción por Maria Luisa Rossel.

Esta historia sobre la votación de los jóvenes fue producida por The Hechinger Report, una organización informativa independiente y sin fines de lucro enfocada en la desigualdad e innovación en el ámbito educativo. Suscríbete al boletín de noticias de Hechinger.

Esta historia ha sido apoyada por Solutions Journalism Network, una organización sin fines de lucro dedicada a reportajes rigurosos y convincentes sobre respuestas a problemas sociales.

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Privilegio para los necesitados: Gigante de la industria agrícola retribuye a la sociedad brindando apoyo a los hijos de sus trabajadores https://hechingerreport.org/privilegio-para-los-necesitados-gigante-de-la-industria-agricola-retribuye-a-la-sociedad-brindando-apoyo-a-los-hijos-de-sus-trabajadores/ https://hechingerreport.org/privilegio-para-los-necesitados-gigante-de-la-industria-agricola-retribuye-a-la-sociedad-brindando-apoyo-a-los-hijos-de-sus-trabajadores/#respond Sat, 18 Jan 2020 15:00:20 +0000 https://hechingerreport.org/?p=60013 Wonderful College Prep Academy

LOST HILLS, California — A medida que un velo de niebla matutina cede el paso a la luz del sol, Lost Hills emerge como un pueblo olvidado por el paso del tiempo. El polvo de los huertos cercanos recorre marquesinas vacías de autobús, rodea una plantación de almendros que han sido arrancados y apilados en […]

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Wonderful College Prep Academy
Grupos de estudiantes de The Wonderful College Prep Academy en Lost Hills se turnan para una sesión individual con el maestro. La práctica está inspirada en el enfoque de Alfabetización Equilibrada para enseñar inglés. Credit: Fotografía: Alfonso Serrano para The Hechinger Report

LOST HILLS, California — A medida que un velo de niebla matutina cede el paso a la luz del sol, Lost Hills emerge como un pueblo olvidado por el paso del tiempo. El polvo de los huertos cercanos recorre marquesinas vacías de autobús, rodea una plantación de almendros que han sido arrancados y apilados en montones que alcanzan los 20 pies de altura y atraviesa un parque de casas rodantes donde los gallos custodian autos abandonados y los tráileres cubiertos de hollín parecen admitir la derrota. El porcentaje de residentes en este pueblo de Central Valley que cuenta con un título universitario es 0. La agricultura es un pilar de la economía en esta localidad, pero no brinda muy buenas condiciones de vida: el ingreso promedio de los trabajadores agrícolas en el año 2015 fue de $17.500, muy por debajo del umbral de pobreza establecido por el gobierno ($25.750) para una familia de cuatro integrantes.

Sin embargo, en la parte sur del pueblo, el campus de Wonderful College Prep Academy reluce con una capa fresca de pintura. Una brillante puerta azul se abre para dar paso a la clase de inglés de Acacia Briceño. Se encuentran leyendo el poema “Yo también” de Langston Hughes, y ha llegado el momento de analizar la tercera estrofa, donde el protagonista decide alzarse en contra de la intolerancia.

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“Discutimos sobre el racismo, y se muestran increíblemente absortos en el texto en cuestión. Comienzan a pensar en nosotros, como mexicanos, y comienzan a asociar tales ideas”, señaló Briceño posteriormente. “Tienen una muy mala imagen de los adultos y maestros que los han catalogado como ‘estúpidos’ en ocasiones pasadas. Nunca les han demostrado un interés genuino”.

Los propietarios, quienes contratan a un gran número de trabajadores agrícolas en la localidad, construyeron el campus de $29 millones en el año 2017. La escuela chárter, que atiende a estudiantes desde kínder hasta octavo grado, es la segunda en una cadena iniciada por Lynda Resnick y su esposo, Stewart. Son los propietarios de The Wonderful Company, el conglomerado valorado en $4.600 millones detrás de Fiji Water, el jugo de granada PomWonderful y Teleflora, el mayor servicio de entrega de flores en el país. La compañía también es la mayor procesadora de almendras y pistachos a nivel mundial.

“Este es mi legado.”

“Este es mi legado”, afirmó Resnick desde su oficina en la sede de Wonderful, ubicada en West Los Ángeles. Inconforme con el alcance global pero impreciso de sus obras de caridad, Resnick dirigió su filantropía a un área específica y comenzó a preguntarse qué podría hacer por sus empleados de Central Valley. “Y, por supuesto, la educación es lo más importante. Quiero cambiar el paradigma de la pobreza en Central Valley”.

Con unos 4.500 empleados a tiempo completo en la zona, The Wonderful Company se establece como uno de los mayores empleadores de la región, y aunque sus trabajadores a tiempo completo reciben más del salario mínimo establecido por el estado ($12 por hora), muchos de sus empleados apenas ganan lo suficiente para sobrevivir. Casi un tercio de niños vive por debajo del umbral de pobreza en el país. Hasta diciembre del 2018, los trabajadores de Wonderful recibían un salario mínimo de $11 por hora. Hace un año, la compañía aumentó el salario a mínimo a $15 por hora para los empleados a tiempo completo que fuesen contratados directamente por la empresa.

Sin embargo, muchos de sus empleados contratados por contratistas externos ganan $12 la hora llenando contenedores de frutas. Aumentan su pago mediante un sistema de remuneración basado en el número de contenedores que logren llenar. Incluso mientras la compañía aumentaba el salario de sus trabajadores a tiempo completo, 1.800 trabajadores de Wonderful iniciaron una huelga después de que un contratista de la compañía redujera la tarifa obtenida por llenar contenedores de mandarinas de $53 a $48.

Wonderful Education, una división de The Wonderful Companies, dirige las escuelas chárter que atienden a los niños de zonas cercanas a las dos plantas más grandes de la compañía, una planta de cítricos en Delano y una de pistachos en Lost Hills donde, según fuentes de la compañía, una de cada dos familias cuenta con un integrante que trabaja para la compañía. Un 35 por ciento de los estudiantes de Wonderful en Lost Hills, y un 10 por ciento de sus estudiantes en Delano, son hijos de empleados de Wonderful. Casi el 99 por ciento de estudiantes de Lost Hills, y el 93,8 por ciento de estudiantes en Delano, son latinos.

Wonderful College Prep Academy
Estudiantes de segundo y tercer grado en The Wonderful Hills College Prep Academy en Lost Hills hacen fila para la sesión de Motivación Matutina, una oportunidad para hacer reconocimientos, celebrar cumpleaños y realizar el juramento a la bandera. Credit: Fotografía: Alfonso Serrano para The Hechinger Report

La escuela chárter de Delano, que hoy en día cuenta con 1.800 estudiantes de kínder hasta duodécimo grado, fue inaugurada en el 2009.

La universidad es un sueño lejano para muchas de estas familias: difícil de comprender, inalcanzable. Muchos padres de los estudiantes no terminaron la escuela secundaria. Sin embargo, al igual que muchas escuelas chárter, las escuelas Wonderful tienen la universidad como visión, exhibiendo banderas de la Universidad de Florida y Harvard que ondean en los pasillos y aulas de clases, y un riguroso plan de estudios diseñado para preparar a los estudiantes para ingresar a ellas. “Cuando inauguramos la escuela, consideramos importante estar al tanto de las acciones llevadas a cabo por las principales escuelas chárter de sectores demográficos similares”, señaló Alesha Hixon, directora de la escuela de Lost Hills.

Lo que diferencia a las escuelas Wonderful es que también ofrecen un segundo programa académico para los estudiantes. En la escuela en Delano, dentro de la red de escuelas chárter, el “Wonderful Agriculture Career Prep” es un programa de estudios de cuatro años con miras a la universidad que finaliza con un diplomado en el sector agrícola. Fue diseñado para solventar el déficit de habilidades que The Wonderful Company enfrenta a medida que la agricultura se inclina hacia una mano de obra tecnológicamente más avanzada.

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Después de la graduación, la compañía les ofrece a los estudiantes una beca laboral de un año, con ingresos garantizados de $35.000, ligeramente por encima del ingreso promedio del condado. Los estudiantes que no acepten la beca pueden continuar con su educación en una universidad de cuatro años con ayuda de la compañía.

Resulta inusual que una sola compañía asuma la dirección de una escuela. Georgia Heyward, una analista de investigación en el Center on Reinventing Public Education, señaló que cuando las empresas se involucran con escuelas chárter, suele darse mediante esfuerzos conjuntos entre distintos socios, no diseñando y dirigiendo una escuela de forma individual.

“Es una situación que siempre resulta difícil, cuando se lidia con una entidad que posee un interés particular”, expone Heyward. “En el ámbito educativo, resulta favorable incluir a las comunidades lo más posible, con el fin de asegurar que no exista ningún agente que actúe por intereses propios”.

L

a universidad es un objetivo fundamental para The Wonderful Schools, pero también los intereses relacionados a la agricultura y comida saludable que constituyen el núcleo del negocio de la compañía matriz. Hace algunos días, varios estudiantes de sexto grado se agachaban para sembrar plantas que marcan el centro del campus. Modificaban un sistema de riego por goteo que nutre sembradíos de coles rizadas y brócoli.

Los funcionarios de Wonderful se encuentran enfocados en el programa nutricional de la escuela. Durante la siguiente fase de expansión de esta, esperan incorporar una granja educativa con el propósito de cultivar suficientes productos agrícolas para abastecer a la cocina de la escuela.

“Somos una compañía de comida saludable”, expone Resnick. “Nuestras acciones reflejan lo que predicamos”.

Resnick afirma que la diabetes constituye un grave problema entre los residentes de Central Valley. Relató que muchos niños de las escuelas chárter deben acudir a visitas médicas con miembros de la familia que, por ejemplo, reciben diálisis tres veces a la semana o han sido sometidos a amputaciones en los dedos a causa de la enfermedad. “Es un problema que aflige a todo Central Valley”, dice Resnick. “Por lo tanto, si los educamos desde pequeños, serán más saludables, estarán en mejor forma y entenderán por qué”.

“Es una situación que siempre resulta difícil, cuando se lidia con una entidad que posee un interés particular.”

Mientras tanto, los cocineros se mueven rápidamente en la cafetería mientras se preparan para el ajetreo del almuerzo. La escuela incentiva la mayor inclusión posible de granos enteros y productos agrícolas en el menú. La cocina ofrece un “vegetal del día” dos veces a la semana. Además, darle un toque saludable a lo que aparece en el menú está a la orden del día: leche de almendra con una pizca de canela, por ejemplo, o jugo de granada con vinagre de sidra de manzana. Todos los platillos son preparados con ingredientes sin procesar.

La campaña de The Wonderful Company por establecer una dieta saludable, uno de los pilares fundamentales del enfoque pedagógico de la escuela, no ha sido bien recibida por todos. Para estudiantes que han sido criados con platillos inspirados en la gastronomía mexicana, ricos en grasa y sodio, una ración de col rizada con crutones de granola podría parecerles una forma de castigo extracurricular.

“Cuando anunciamos que alguien vendría a darles una charla sobre nutrición, se molestaron muchísimo”, cuenta Resnick. “Están acostumbrados a desayunar pan dulce, y nosotros servimos un desayuno saludable todos los días. Nos han tirado brócoli”.

Wonderful College Prep Academy
El campus de The Wonderful College Prep Academy en Delano, valorado en $100 millones y dirigido a 1.800 estudiantes desde kínder hasta duodécimo grado. Credit: Fotografía: Alfonso Serrano para The Hechinger Report

Sin embargo, con el tiempo, las luchas gastronómicas iniciales han cedido el paso a la aceptación. A principios del año escolar, la chef Kelly Wangard intentó servir un wrap de ensalada César. La propuesta fracasó debido a que los estudiantes lo confundieron con una tortilla fría. Al mes siguiente sirvió pollo a la parmesana en una tortilla integral, enrollada y servida caliente de manera que luciera como un taquito, con una guarnición de ensalada César. A los estudiantes les encantó.

“La transición ha sido increíble”, afirma Wangard. “Ahora son ellos quienes me dicen lo que quieren comer, en lugar de yo indicárselos. Así que resulta fantástico observar esos cambios en su estilo de vida. Es algo totalmente extraño para ellos”.

Con el fin de reducir los conflictos culturales que los estudiantes atraviesan, la escuela de Lost Hills ha intentado involucrar a los padres, quienes cuentan en gran parte con un dominio limitado del inglés. Parte de ese acercamiento incluye un programa escolar de 10 semanas que va dirigido a los padres y aborda temas como nutrición, desarrollo del lenguaje y comunicación familiar.

Maribel Vargas, originaria de la Ciudad de México, recibe con los brazos abiertos el cambio cultural que observa en su hija, una estudiante de séptimo grado. Debido a que su formación la ha llevado a creer que las escuelas siempre saben qué es lo correcto, Vargas aplaude los hábitos alimenticios saludables de su hija, incluso si entran en conflicto con los suyos.

“No tengo la educación necesaria para mantener una dieta saludable, pues no sé preparar esa clase de comida”, explicó Vargas. “Si ella logra adoptarla aquí, me parece fantástico. Hoy en día, cuando cocino en casa, mi hija pregunta si el comida es saludable antes de decidir si lo comerá o no”.

Puede que el trabajo de Jorge Ochoa en Wonderful Schools sea una tarea más compleja que la de Wangard: convencer a una generación de padres que la universidad no está fuera del alcance de sus hijos. También debe persuadir a los propios estudiantes. Algunos han admitido sentir temor de no ser lo suficientemente buenos para la universidad o que estén destinados a trabajar en el campo.

Ochoa se crio en Central Valley, hijo de trabajadores agrícolas de los huertos de frutales que rodean Delano. Tras obtener una maestría en educación en la New York University, regresó a Delano, donde es director de Programación Universitaria de la Wonderful College Prep Academy.

“Nuestro enfoque es lo que denominamos ‘de la cuna a la carrera profesional’”, explicó Ochoa mientras paseaba por el soleado campus de Delano, una estructura de $100 millones que reproduce un típico campus universitario: un patio interior céntrico con salas de conferencia adyacentes, centros estudiantiles y un comedor inspirado en la cafetería de Google en Mountain View. “Apoyamos a nuestros estudiantes desde el inicio de la escuela primaria en todo lo relacionado a preparar a las familias para la universidad”.

Ochoa supervisa una serie de talleres dirigidos a los padres. Uno explora la prueba ACT. Otro profundiza en el FAFSA y las acciones que los padres pueden llevar a cabo para ayudar a sus hijos a solicitar apoyo financiero del gobierno federal. Los esfuerzos han rendido sus frutos. Recientemente, el estado reconoció a la escuela chárter de Delano como una de las escuelas secundarias de California con el mayor número de solicitudes de FAFSA, alcanzando un índice de casi el 100 por ciento.

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Estar “listo para la universidad” en el campus de Delano también implica que, al momento de graduarse, la mayoría de los estudiantes habrán asistido aproximadamente a 20 giras universitarios. Los hijos de empleados de la compañía que se gradúan con un GPA de 2.5 o superior reciben una beca universitaria renovable de cuatro años, $4.000 al año para instituciones en el sistema de California State y $6.000 para instituciones privadas o que pertenezcan al sistema del University of California, independientemente de que asistan a una de las escuelas chárter de Wonderful o alguna otra escuela de la localidad.

“Vivo en un hogar mexicano. Mis padres no fueron a la universidad, así que soy la primera persona de la familia en tener la oportunidad de tomar cursos universitarios.”

El 82 por ciento de egresados de la escuela chárter de Delano asiste a una universidad de cuatro años, y el 70 por ciento de ellos finaliza sus estudios y obtiene un título universitario, cifras impresionantes en comparación a los índices nacionales para grupos demográficos similares. (Hasta ahora, el campus de Lost Hills solo admite estudiantes de escuela intermedia, y nadie se ha graduado del high school). El índice nacional de finalización universitaria entre estudiantes de bajos recursos es de 9 por ciento. En el caso de estudiantes cuyos padres no se graduaron del high school, un sector ampliamente representado en Delano, el índice de finalización es alrededor del 5 por ciento.

“La mayoría de los padres son trabajadores agrícolas; no fueron a la universidad”, afirma Irelda Alarcón, una estudiante de último año en Delano que atribuye a la escuela la capacidad de cambiar la actitud de los estudiantes, la mayoría de los cuales se siente incapaz de alcanzar la educación superior. “Vivo en un hogar mexicano. Mis padres no fueron a la universidad, así que soy la primera persona de la familia en tener la oportunidad de tomar cursos universitarios”.

Los índices de éxito universitario de la institución han resultado sorprendentes para la compañía. Cuando los administradores escolares desarrollaron el programa de estudios agrícolas, proyectaron que un 50 por ciento de estudiantes optaría por un empleo en Wonderful. El año pasado, sin embargo, el 96 por ciento de estudiantes decidió declinar el puesto en la compañía e ingresar a una universidad de cuatro años.

El currículo del programa agrícola se enfoca en el desarrollo de habilidades matemáticas e informáticas; cuando los estudiantes se gradúan del high school, también obtienen un diplomado en ciencias con especialización en economía agrícola, botánica o tecnología agrícola, un logro que generalmente toma dos años de estudios universitarios. The Wonderful Company se encuentra asociado con otras seis escuelas de high school locales para brindar el programa de preparación agrícola, el cual tiene un alcance aproximado de 2.200 estudiantes desde sexto hasta duodécimo grado.

Acacia Briceño, maestra de artes del lenguaje, supervisa a su clase de sexto grado. Credit: Fotografía: Alfonso Serrano para The Hechinger Report

Los ejecutivos de la compañía, incluyendo a Resnick, insisten en que no se sienten desanimados ante el gran número de estudiantes que hacen la compañía a un lado.

“Mientras más asistan a la universidad, más satisfecha me siento”, dice Resnick. “Sí, nos vendría bien la mano de obra, sin duda. Pero en realidad todo lo hacemos por los niños. No tengo un motivo oculto. Pueden buscar todo el día. Nunca lo encontrarán”.

“Sin duda, hay niños que necesitan tener la oportunidad de trabajar en su comunidad de origen”, señala Noemi Donoso, vicepresidenta ejecutiva de Wonderful Education. Para Donoso, el índice de asistencia a la universidad significa que el programa es todo un éxito. “Y cuando hablamos con los ejecutivos de la compañía [Wonderful], no hacen más que decir: ‘Tendremos un puesto para ellos cuando obtengan su título’”.

E

n un aula de clases ambientada al estilo de la Universidad de Harvard, Jessenia Anaya y algunos de sus compañeros de séptimo grado rodeaban una planta sumergida en un matraz. Observaban cómo la planta produce oxígeno a pleno florecer.

La propia Anaya ha comenzado a florecer en la escuela. Esta primavera obtuvo el segundo puesto en una competencia estatal de discurso y debate, patrocinada por el Departamento de Educación de California. “Se me dan bien las discusiones”, afirmó Anaya con tal vitalidad que no dejaba lugar a dudas. “Quiero ser abogada”. La estudiante también desea asistir a Harvard, un gran trecho desde la casa rodante de Lost Hills donde vive con su familia.

0 por ciento de adultos posee un título universitario en Lost Hills, hecho que un gran conglomerado de la industria agrícola intenta cambiar al fundar una escuela chárter para los hijos de sus trabajadores. 

Puede que los logros académicos de Anaya sean excepcionales, pero su éxito es un símbolo del enorme progreso alcanzado por la escuela chárter de Lost Hills en apenas dos años. Antes de la creación de la escuela, durante el ciclo escolar 2016-2017, tan solo un 15 por ciento de estudiantes de sexto grado en la escuela pública local se graduaba con un buen nivel de dominio en inglés, y el 7 por ciento cumplía o superaba los estándares matemáticos.

Para el final del primer año escolar en Lost Hills, el 65 por ciento de sus estudiantes de sexto grado aprobó las pruebas estatales de inglés y el 38 por ciento aprobó matemáticas. Lost Hills estima que tres cuartos de sus estudiantes de sexto grado cumplirán con los estándares al final de octavo grado.

Las ambiciones de Resnick para sus instituciones aún no han sido cumplidas. La próxima fase de desarrollo en Delano se ejecutará en agosto, cuando el campus se expanda para incluir una universidad de cuatro años para estudiantes que quieren ser maestros. Los administradores de la escuela describen el reclutamiento de maestros calificados para Central Valley como un constante obstáculo, a pesar de los subsidios de vivienda y salarios competitivos que Wonderful ofrece.

Los estudiantes de escuela secundaria de Wonderful que deseen quedarse en la comunidad y convertirse en maestros, podrán seguir un programa académico enfocado en la docencia durante la escuela secundaria, y posteriormente ingresar a la universidad en el campus de Wonderful para obtener una licenciatura y maestría en educación, todo ello mientras trabajan medio tiempo en las escuelas chárter de la compañía.

“Nuestro mayor obstáculo ha sido encontrar buenos maestros”, puntualizó Resnick, describiendo los planes para la universidad para maestros. “Por lo tanto, la idea resulta perfecta. Tenemos que formar a nuestros propios maestros. Es la única forma”.

Esta historia sobre The Wonderful College Prep Academy fue producida por The Hechinger Report, una organización informativa independiente y sin fines de lucro centrada en la desigualdad e innovación en el ámbito educativo. Suscríbete al boletín de noticias de Hechinger. 

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Hermenegildo Rubio con sus hijos (de izq.) Abby, de 16 años, Adam, de 10, Danny, de 20 y Noemí, de 13, en la sala de su casa en Honey Grove. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

HONEY GROVE, Texas — Abigail Rubio, de 16 años, estaba almorzando en la cafetería de la Escuela Secundaria de Honey Grove cuando supo que ICE estaba haciendo una redada en la fábrica de tráileres donde trabajaba su papá. “¿Oyeron lo que ocurrió en Load Trail?” preguntó una amiga. Abigail, o Abby, como la llaman sus amigas y su familia, acudió a los medios sociales. En Snapchat, una amiga le preguntó si había hablado con su papá. La amiga dijo que había autobuses y helicópteros afuera de la planta.

“Fue en ese momento cuando me impactó”, dijo la tímida estudiante de tercer año que practica el deporte de correr a campo traviesa y toca la pandereta en la banda de su iglesia pentecostal. “Rompí a llorar”.

El 28 de agosto, helicópteros y cientos de agentes hicieron una redada en Load Trail, una de varias fábricas que manufacturan tráileres en los alrededores de Sumner, un pueblo rural en el noreste de Texas cerca de la frontera con Oklahoma. Ciento cincuenta y nueve trabajadores — entre ellos soldadores, pintores, y terminadores — fueron arrestados por delitos de inmigración. En su inmensa mayoría eran hombres de origen mexicano.

Fue una de las más grandes redadas en un centro de trabajo en los últimos 10 años, dijo Katrina Berger, agente especial a cargo de las investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional en Dallas, en una conferencia de prensa. Cuando The Hechinger Report visitó la fábrica seis semanas más tarde — mucho después de marcharse los helicópteros y los trabajadores en su mayoría habían sido puestos en libertad bajo fianza — un alto nivel de miedo y ansiedad todavía permanecía en el lugar, familias enteras sumidas en una inseguridad emocional, legal y económica.

Pero en este pequeño pueblo de Texas donde los viernes por la noche pertenecen al fútbol americano de escuela secundaria, el superintendente Todd Morrison decidió que estas no eran dificultades que las familias debieran enfrentar solas. Según aumentan los arrestos de ICE y el presidente Trump redobla sus esfuerzos con su línea dura en inmigración, la opción de ayudar — o no —a estudiantes y a sus familias indocumentadas más allá de las paredes de la escuela es algo que más y más educadores enfrentan.

El corpulento y canoso Morrison, que dirige el Distrito Escolar Independiente de Honey Grove, que abarca 645 estudiantes en sus escuelas primarias, intermedias y secundarias, dice que nueve padres o guardianes de estudiantes de Honey Grove fueron detenidos durante la redada de Load Trail.

El superintendente Todd Morrison dirige el Distrito Escolar Independiente de Honey Grove. Él dice que nueve padres o guardianes de alumnos de Honey Grove fueron detenidos en la redada de Load Trail en agosto de 2018. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

“Estos son magníficos padres y familias de Honey Grove. Son algunos de nuestros mejores padres y alumnos”, dijo Morrison, sentado debajo de una hilera de fotos de familias en su amplia oficina y una bandera americana enmarcada en una pared adyacente. “Estos padres, si uno los llama, son los primeros en acudir a la escuela porque se preocupan por la educación de sus hijos. Son pilares de nuestra comunidad”.

El día siguiente de la redada, Morrison acompañó a familiares de los arrestados a la Iglesia Evangélica Filadelfia, una iglesia con una congregación mayormente de inmigrantes, para que pudieran recibir asesoría legal de los abogados voluntarios reunidos allí. Su primera prioridad era ayudar a las familias a averiguar dónde estaban detenidos sus seres queridos — algunos habían sido llevados a Alvarado, otros a Oklahoma City — y luego procurar depositar las requeridas fianzas para que regresaran a sus casas.

En los días y semanas siguientes, Morrison se aseguró que los consejeros escolares estuvieran disponibles para los alumnos afectados. El director de la escuela secundaria y él acompañaron a los padres a sus comparecencias ante la corte en Dallas para darles apoyo y ayudar a negociar el proceso. Les dijo a los miembros de la facultad que si querían enviar cartas en nombre de alumnos y familias para que los abogados las presentaran en la corte, podían hacerlo. (Lo hicieron.) Y él también recaudó miles de dólares.

Morrison sabe que si el hogar de un alumno cae en una crisis, le será difícil asistir a la escuela y aprender. Ese grado de comprensión está respaldado por investigaciones durante la última década sobre el impacto de las redadas de ICE en los niños, el trauma que los niños enfrentan cuando un padre es detenido o deportado; y el papel de las escuelas es apoyar a los niños en esas circunstancia. Morrison también cree firmemente que si hay algo que las escuelas pueden hacer para ayudar a aliviar el sufrimiento de los alumnos, deben hacerlo.

Honey Grove no es el único distrito escolar que lidia con el trauma de la inmigración. En todo el país, distritos y maestros están respondiendo tras las medidas severas de Trump en inmigración. En una serie de artículos que documentan cómo el debate sobre inmigración está afectando a los estudiantes, The Hechinger Report ha hablado con docenas de escuelas en todo el país donde los maestros, consejeros y administradores están ayudando a los alumnos a sobrellevar el estrés de los traumáticos cruces de la frontera, las redadas y las deportaciones.

Una oficina de correos frente a un letrero del equipo de fútbol americano de la escuela secundaria en Main Street en el centro de Honey Grove. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

Pero acaso ninguno haya sido tan osado como la valentía de los educadores de Honey Grove, situados como están en lo profundo de un territorio de pequeños pueblos pro-Trump.

Honey Grove (cuya población es de aproximadamente 1,700 personas) está ubicado en el Condado de Fannin, unas 20 millas al oeste del centro de la ciudad de Paris, y se considera a sí mismo como “El pueblo más dulce de Texas”. Es una comunidad mayormente blanca, de clase trabajadora. “No somos más que un viejo pueblo de campo, eso es lo que somos”, dijo Morrison.

El distrito escolar es el mayor empleador del pueblo, y muchos adultos trabajan en las fábricas locales de tráileres o en fábricas en el cercano pueblo de Sherman, donde Tyson Foods es el más grande empleador. Según el censo, alrededor del 11 por ciento de los residentes son mexicanos. Morrison calcula que una cuarta parte de sus alumnos también lo son.

La iglesia que Morrison visitó después de la redada, la Iglesia Evangélica Filadelfia, en Paris, continua siendo un centro para los que procuran asesoría legal, alimentos donados y artículos de aseo personal o simplemente apoyo. El pastor Moisés Navarrete dice que dos familias en su pequeña congregación tuvieron familiares arrestados en la redada de Load Trail, pero docenas más han visitado el templo en los días y semanas posteriores.

Uno de esos visitantes, Mayra, quien solamente dio su primer nombre y cuyo esposo, hermano y padre fueron arrestados, pasó por la iglesia en octubre. Había utilizado su casa como colateral para poder costear un abogado, dijo, y todo ese estrés está afectando a sus hijas, Abigail, de 8 años, y Camila, de 6. “Ahora mismo Abigail está muy contrariada”, dijo Mayra. “Se disgusta por cualquier cosa. Yo le pregunto, ‘¿Qué es lo que pasa, Abigail?’ y ella contesta, ‘No sé, mamá’. Se va al otro cuarto y se tira en la cama a llorar”. Su hija más pequeña ha empezado a orinarse en la cama por la noche.

Oralia Rubio, izquierda, y su esposo, Hermenegildo, en la cocina de su casa en Honey Grove, Texas. Hermenegildo fue uno de los 159 trabajadores arrestados en la planta de tráileres Load Trail cercana a Sumner el 28 de agosto de 2018. Ahora enfrenta su posible deportación. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

La madre de Abby Rubio, alumna de tercer año en la Escuela Secundaria Honey Grove, también estuvo en la iglesia. El esposo de Oralia Rubio, Hermenegildo — padre de Abby —ha estado haciendo ahora distintos trabajos menores desde que fue arrestado en Load Trail, donde trabajó durante 22 años. Oralia ve la conmoción que la situación les causa a sus cuatro hijos, Adam, de 10 años, Noemí, de 13, Abby y Danny, de 20.

“Es difícil”, dijo en español, secándose las lágrimas. “Están muy preocupados. ¿Qué explicación les puedo dar?”

Con Hermenegildo desempleado, el hogar de los Rubio está muy apretado de dinero, especialmente después de la fianza de $7,500. Hay que pagar la hipoteca, las cuentas de electricidad y agua, la mensualidad del automóvil de Danny. Menos mal que su matrícula del colegio universitario está pagada hasta el semestre del otoño.

Hermenegildo recordó un día reciente en que Oralia y él hablaban de sus finanzas al alcance del oído de su hijo menor, Adam, que parecía estar absorto en su juego de video.

“Él estaba jugando allí y de repente dijo: ‘Pa, tengo $30. Te los puedo dar’”.

Los hijos de los Rubio tienen la voz suave, buenos modales y son concienzudos, innegablemente americanos. Adam sigue el fútbol y juega béisbol y Roblox. Noemí y Abby corren a campo traviesa, tocan la flauta y siguen series televisivas de adolescentes como Fuller House, Riverdale y 13 Reasons Why. Danny estudia medicina deportiva en el colegio universitario junior de Paris. Él también trabajaba un turno de noche en Load Trail, ganando $14 la hora haciendo trabajos de retoque: poniendo tornillos que faltan, arreglando áreas mal pintadas o cables sueltos. Después de la redada, la compañía eliminó el segundo turno por falta de personal, por lo que Danny usa ese tiempo ayudando a sus hermanos con las tareas escolares o llevándolos en su auto a la escuela y a otras actividades.

Abby Rubio, izquierda, y su hermana, Noemí, sentadas en la cama de Abby en la habitación que comparten. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

Los cuatro chicos entendían el estatus migratorio de sus padres. Pero eso no hizo el arresto de su padre menos traumático.

“Ha sido muy duro ver por lo que mi papá ha tenido que pasar y todo lo que ellos dos han estado tratando de hacer”, dijo Abby, sentada en un enorme sofá de cuero en la sala de estar, donde hay fotos familiares, velas y arreglos florales artificiales sobre tapetes tejidos. “Nunca imaginé que esto nos podría ocurrir”.

Después de todo, ambos padres habían vivido aquí desde mediados de los años 1990. Vinieron como lo hacen muchos inmigrantes, en busca de un futuro mejor para sus familias en sus países de origen y para la familia futura que esperaban crear.

Hermenegildo tenía 17 años y trabajaba en los campos de caña de azúcar de San Luis Potosí, un estado en el centro de México, cuando cruzó la frontera de México a Estados Unidos en 1992. Trabajó en Houston hasta que un tío que vivía más al norte lo ayudó a conseguir un trabajo en un rancho en Honey Grove. Oralia vino en 1996. Tenía 21 años y había estudiado para asistente de contador en Monterrey, pero no encontró trabajo. Obtuvo un empleo en una finca de productos lácteos en Texas, y luego lavando platos y cocinando en un restaurante. Se conocieron en una iglesia bautista a la que asistían y se casaron en 1997. Tuvieron a Danny el siguiente año.

Trabajaban duro, pagaban sus impuestos, criaron a cuatro hijos, eran activos en su iglesia y la comunidad, y eran ciudadanos modelos a pesar de ser indocumentados.

Pero igual eran muchos de los arrestados en Load Trail en agosto. Abogados de inmigración que representan a algunas de las familias dicen que la redada es de cierto modo única entre el número de personas sin antecedentes criminales que han vivido en Estados Unidos durante mucho tiempo, a veces décadas.

Lisa Peterson, una psicóloga escolar del distrito escolar de Dallas, ha trabajado con estudiantes que han tenido algún padre recientemente detenido o deportado. Ella dice que lo más importante que una escuela puede hacer es brindar un lugar seguro para los alumnos y sus padres. “Es realmente importante que las familias sepan que no somos lugares donde su seguridad está en riesgo”, dijo ella.

Tan pronto como Morrison supo de la redada, reunió a todo el personal para averiguar cuáles alumnos tenían un padre trabajando en Load Trail, y luego reunió a esos alumnos para explicarles lo que estaba pasando. “Tratamos de agarrar el toro por los cuernos”, dijo. “No queríamos que vieran algo en Facebook o recibieran una llamada antes de tener toda la información”.

Morrison recordó que los alumnos más jóvenes estaban especialmente consternados. “Era  el miedo a lo desconocido, y sigue siendo el miedo a lo desconocido”, dijo.

Contactó también a donantes individuales que él pensaba sentirían empatía con la situación.

Morrison distribuyó el dinero que recaudó en forma de tarjetas Visa de regalo que las familias pueden utilizar para pagar la cuenta de la electricidad, la gasolina, comprar víveres o cubrir citas médicas. “Estas familias tienen orgullo. No andan buscando dádivas. Solo necesitan un poco de ayuda para superar esta situación hasta que el padre de familia pueda regresar a trabajar y recibir sus jornales”, dijo.

Abby Rubio, de 16 años, se prepara con sus compañeras de equipo para correr a campo traviesa en un evento en Bonham, Texas. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

La familia Rubio dice que el apoyo de la escuela marca una diferencia. El ex entrenador de Danny en la secundaria Honey Grove lo contactó para asegurarse de que estaba bien. El consejero de la escuela de Abby la llamó para consolarla. El mismo consejero y un grupo de maestros y administradores escribieron cartas al juez, “explicando que somos buenos estudiantes y no merecemos que nos separen de nuestro papá”, dijo Abby. “Me complace que están preocupados y ayudando”, añadió.

“Son muy atentos”, dijo Oralia. “Les preguntan a los alumnos cómo va el caso de su papá. No quieren que los niños estén tristes. Están preocupados por ellos”.

Morrison dijo que no ha recibido presión negativa de otros padres que tal vez apoyan un trato más fuerte contra inmigrantes que trabajan en Estados Unidos ilegalmente. Atribuye eso al hecho de que él se crio aquí, se graduó de la Escuela Secundaria Honey Grove y ha trabajado en el distrito durante 20 años como maestro, entrenador de fútbol americano y director de escuela antes de ser superintendente.

“En su gran mayoría nuestra comunidad tiene confianza en la escuela”, dijo.

Pero él no juzga a otros distritos que están menos inclinados a tomar acciones similares en favor de sus alumnos.

“Cada distrito escolar tiene que hacer lo que mejor se ajusta a su comunidad. Yo estoy haciendo lo que yo pienso que se ajusta a la comunidad de Honey Grove”, dijo Morrison.

Honey Grove, que se refiere a sí misma como “El pueblo más dulce de Texas”, es una pequeña ciudad rural cerca de la frontera con Oklahoma. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

Cerca del 80 por ciento de los votantes del Condado de Fannin apoyó a Donald Trump en la elección presidencial de 2016, en la que la inmigración y la seguridad de la frontera fueron temas notoriamente polémicos. En la campaña populista de Trump sus seguidores coreaban “¡Construyan ese muro!” en los mítines electorales en todo el país y el propio candidato se refirió a inmigrantes mexicanos como narcotraficantes, violadores y, “algunos, imagino”, son buenas personas.

De modo que no es una gran sorpresa que los arrestos de ICE aumentaran después de él tomar posesión en enero de 2017 y firmar una orden ejecutiva, titulada ‘Realce de la seguridad pública en el interior de Estados Unidos’, la cual expandió la ejecución de las autoridades de inmigración contra personas con graves antecedentes criminales.

(A pesar de este aumento, el total de arrestos de ICE en 2017 fue menos de la mitad de lo que fueron en 2009 después de que el presidente Obama tomó posesión.)

La oficina de ICE en Dallas, cuya jurisdicción incluye a Sumner y Honey Grove, se convirtió en la más agresiva del país, según el Centro de Investigación Pew. No solamente Dallas realizó el mayor número de arrestos (16,520) en el año fiscal de 2017, sino que también tuvo el mayor aumento en comparación con el año anterior.

En el Red Onion, un rústico restaurante en una calle adyacente a la carretera de E. Main Street, los clientes oyeron la noticia de la redada.

Jeff Moxon, un mecánico que vive en Honey Grove, dijo que la noticia le hizo pensar en sus clientes mexicanos.

“Son clientes realmente buenos y honestos”, dijo. “Pagan sus cuentas, no discuten … Lamento oír esto, pero la ley es la ley”.

Harvey Milton, que trabajó en escuelas públicas durante 56 años, incluyendo como superintendente de Honey Grove de 1984 a 2001, dijo que tenía sentimientos encontrados.

Harvey y Patsy Milton hablan sobre inmigración después de almorzar en The Red Onion en Honey Grove. “Estas personas vienen aquí a mejorar sus vidas pero están violando la ley”, dijo Harvey, que trabajó en escuelas públicas durante 56 años. Credit: Kate Kilpatrick para The Hechinger Report

“Estas personas vienen aquí a mejorar sus vidas pero están violando la ley” dijo. “Esos chicos que teníamos en la escuela, no recuerdo que ninguno haya causado problemas”.

Patsy, su esposa durante 62 años, estaba sentada frente a él.

“Me dan pena esas personas”, dijo ella gentilmente.

La mayoría de las personas arrestadas presentarán una petición de “cancelación de expulsión” — un ajuste de estatus migratorio que les permite evitar la deportación y obtener una tarjeta de residente. Para cualificar, deben probar que han vivido en Estados Unidos durante los últimos 10 años, tener un carácter de buena moralidad, ninguna condena judicial y — he aquí la parte complicada — tener un hijo o hija, un cónyuge o padre o madre que tenga ciudadanía americana o sea residente permanente legal y que enfrentaría “privaciones excepcionales y extremadamente inusuales” si la persona arrestada es deportada.

“Son requisitos enormes”, dijo Jennifer de Haro, abogada gerente de RAICES, una organización sin fines de lucro basada en Texas que provee servicios legales gratis y de bajo costo a inmigrantes y refugiados, incluyendo a algunas de las familias de Load Trail. De Haro dice que un caso típico que cumple con los requisitos es cuando un hijo o hija padece de una enfermedad grave que no puede recibir tratamiento de calidad en su país de origen. “Hemos visto casos que parecen presentar privaciones extremas pero que de todos modos el juez los rechaza porque la privación es comparable a lo que una familia sufriría si fuera dividida”.

Otra abogada, Belinda Arroyo, que también representa a familias de Load Trail, cree que Hermenegildo debe poder presentar privación excepcional “acumulativa” por ser el único proveedor de cuatro hijos americanos.

Pero que el juez esté de acuerdo es otra historia.

Danny, sin embargo, dice que el confía en que a su papá le será permitido quedarse.

“Mi papá es una buena persona. Tiene un récord limpio. Lo único que hace es ocuparse de su familia, apoyarla, y ayudar a otros cuando puede”, dijo. “No tiene malos genes. Estoy seguro de que el juez va a ver eso”.

Traducido por Carlos Verdecia.

Este artículo sobre escuelas y redadas de ICE ha sido producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Inscríbase al boletín informativo de Hechinger.

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holding kids back a grade
In a large scale study of 40,000 English language learners in Florida, those who were held back in third grade learned English substantially faster and took more demanding classes in subsequent years. Credit: Jackie Mader/The Hechinger Report

Hacer que estudiantes con dificultades repitan el tercer grado es una idea cuya popularidad aumenta cada vez más. En 1998, California fue el primer estado de la nación en solicitar a los estudiantes que repitiesen tercer grado si no eran capaces de leer a un nivel básico, evaluados mediante las pruebas anuales del estado. Otros 15 estados, más el Distrito de Columbia, siguieron su ejemplo y aprobaron leyes de “repetición” similares. Nevada y Michigan se unirán a ellos en el venidero año escolar 2019-2020. Las expectativas radican en el hecho de que si los niños pueden volverse diestros en la lectura a temprana edad, habrá mayores posibilidades de que tengan éxito en todas sus asignaturas, desde ciencias hasta estudios sociales, pues los estudiantes necesitan saber leer, con el propósito de aprender el material.

Puede parecer una estrategia razonable, sin embargo, existe controversia entre los investigadores con respecto a si, a la larga, repetir tercer grado resulta provechoso. Aunque algunos estudios han determinado que los estudiantes que han experimentado la repetición de grado a temprana edad tienden a exhibir mejores calificaciones en las pruebas, en comparación con niños similares quienes fueron promovidos al siguiente grado, dicha prominencia en las calificaciones se desvanece con el tiempo. Seis años más tarde, de acuerdo a un estudio del 2017, los niños repitentes no obtenían calificaciones más altas que sus semejantes promovidos de la misma edad. (No obstante, cuando los autores compararon las calificaciones por grado en lugar de por edad, la mejoría se mantuvo). Los escépticos también han indicado que repetir un grado resulta tanto costoso para los distritos escolares (los contribuyentes terminan pagando un año adicional de educación) como desmoralizante para los estudiantes. Un estudio del 2014 determinó que los niños que han experimentado la repetición de grado a temprana edad son menos propensos a graduarse de la escuela secundaria.

Resulta sencillo discutir acerca de este extenso y confuso conjunto de investigaciones.

Sin embargo, en la actualidad, un par de investigadores han descubierto que un grupo particular de estudiantes, en especial, podría beneficiarse al repetir tercer grado: los inmigrantes.

Dentro de un estudio a gran escala realizado a 40.000 aprendices de inglés en Florida, aquellos que habían repetido tercer grado aprendieron inglés considerablemente más rápido y cursaron asignaturas mucho más exigentes en años subsiguientes. En promedio, los niños repitentes se volvieron diestros en el manejo del inglés en tan solo un año; la mitad del tiempo que le tomó a sus semejantes que fueron promovidos directamente a cuarto grado.

“Esto posee implicaciones que van mucho más allá de Florida”, afirmó Umut Özek, uno de los autores y economista de los Institutos Norteamericanos de Investigación, una organización de investigación sin fines de lucro. “Los Estados Unidos se encuentran en medio de la segunda ola de inmigración más grande de la historia”.

“Sabemos que alcanzar un buen nivel de competencia a temprana edad marca una gran diferencia”, explicó Özek. “Lo que descubrimos con este estudio es que la repetición de grado a temprana edad y en base a pruebas, acompañada de apoyo educativo, podría ayudar a alcanzar esta meta de conseguir que los aprendices de inglés dominen el idioma antes de llegar a peldaños importantes en su vida educativa”.

El estudio, que aún es un trabajo preliminar difundido por la Oficina Nacional de Investigación Económica en enero del 2019, se titula: “An Extra Year to Learn English? Early Grade Retention and the Human Capital Development of English Learners”. Además de Özek, el mencionado estudio fue realizado por David Figlio, un economista de Northwestern University.

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Özek y Figlio analizaron registros escolares de aprendices de inglés en una docena de los distritos escolares más grandes de Florida, que datan del 2002, época en la que una nueva política solicitó que todos los niños obtuviesen una calificación mínima de 2 (el segundo más bajo de los cinco niveles de logro académico) en una prueba de lectura para avanzar a cuarto grado. Aquellos que tan solo obtuvieron calificaciones de 1, tendrían que repetir tercer grado con apoyo extra, incluyendo un período más largo de 90 minutos de clases de lectura al día, un campamento de verano de lectura y enseñanza de excelente calidad. Los niños con discapacidad eran exonerados de repetir el grado, al igual que los niños inmigrantes quienes habían pertenecido al programa de aprendizaje de inglés por menos de dos años. Sin embargo, dos tercios de los aprendices de inglés habían pertenecido al sistema escolar por más tiempo del mencionado, y se esperaba que alcanzaran el mismo nivel de todos los demás.

Los investigadores fueron capaces de comparar la experiencia de aprendices de inglés que obtuvieron calificaciones justo por debajo de la puntuación mínima de “2” con la experiencia de aprendices de inglés que obtuvieron calificaciones por encima de “2”. A causa de errores de medición en la prueba, dichos estudiantes fueron evaluados con pruebas del mismo nivel académico. Sin embargo, la mitad repitió el grado y la mitad fue promovida.

En un principio, los niños repitentes obtuvieron calificaciones de pruebas mucho más altas en comparación a sus semejantes promovidos. Por ejemplo, los estudiantes de cuarto grado que habían repetido con anterioridad superaban en calificaciones a los estudiantes de quinto grado que habían sido promovidos. Pero dicha ventaja alcanza su punto máximo y entonces se disipa al llegar a la escuela intermedia. Sin embargo, cuando los investigadores analizaron los números de forma distinta, comparando las calificaciones de las pruebas de los estudiantes al alcanzar el mismo grado académico, encontraron una considerable ventaja en los niños que habían repetido, que se mantiene hasta octavo grado, el último grado del que los investigadores tenían resultados de pruebas.

La diferencia en asignaturas futuras resultó mucho más drástica. La probabilidad de ingresar a un curso correctivo de inglés durante la escuela intermedia se vio reducida en un tercio para niños que habían repetido grado. Mientras tanto, dichos aprendices de inglés repitentes eran mucho más propensos que sus semejantes promovidos a cursar asignaturas avanzadas de matemáticas o ciencias durante la escuela intermedia, y asignaturas que otorgan créditos universitarios, tales como Cursos de Nivel Universitario, en la escuela secundaria.

Özek sostiene que puede resultar económico para los distritos el invertir en un año adicional de educación para inmigrantes, cuando reduce el tiempo que les toma a los estudiantes el adquirir un buen nivel de competencia en inglés. Ello se debe a que los programas para aprendices de inglés son más costosos de gestionar en comparación a la educación general, y niños mejor educados pueden convertirse en trabajadores que generen más ingresos. A nivel nacional, existen casi 5 millones de aprendices de inglés en escuelas públicas, representando casi el 10 por ciento de la población de las escuelas públicas, de acuerdo a los datos federales más recientes del 2015. No obstante, en muchos distritos escolares urbanos, desde Los Ángeles hasta Nueva York, el porcentaje es mucho mayor.

Los beneficios de repetir un grado no resultaron uniformes en todos los aprendices de inglés. Aquellos que habían nacido en otro país, y se mudaron a los EE. UU., se beneficiaron más del año adicional para ponerse al día. Los estadounidenses de segunda generación, quienes habían nacido en los EE. UU. pero aun así eran clasificados como aprendices de inglés, no se beneficiaron tanto de la repetición de grado. Aquellos que poseían calificaciones altas en matemáticas en tercer grado (un indicador de que los niños, desde otro punto de vista, eran buenos estudiantes) también se beneficiaron más de la repetición. La repetición de grado funcionó mejor en niños pertenecientes a escuelas primarias con mayores ingresos, en comparación a aquellos que pertenecían a escuelas con altos índices de pobreza. En otras palabras, la repetición de grado podría ser una solución de mayor potencial para niños pequeños cuyas familias han llegado recientemente al país y no han atravesado pobreza multigeneracional en un vecindario de bajos recursos.

Es incierto por qué repetir tercer grado resulta tan provechoso para muchos aprendices de inglés. Quizá sea el apoyo extra (el tiempo de enseñanza adicional y la excelente pedagogía) lo que está marcando la diferencia. Si se les brindase el mismo apoyo adicional en cuarto grado a todos los niños que presentaron dificultades en la prueba de lectura de tercer grado, estos podrían mostrar resultados igual de buenos. En la actualidad, la política estatal indica proveer el apoyo adicional únicamente a los estudiantes repitentes, por lo tanto, los investigadores no pueden realizar una prueba al respecto. Una teoría acerca de por qué funciona repetir un grado argumenta que el cerebro humano solo puede aprender un número específico de cosas a la vez. Además, puede que resulte más sencillo para los niños el concentrarse en la adquisición básica del idioma antes de que les solicitemos que enfrenten los desafíos de la división larga y las metáforas en cuarto y quinto grado.

Esta historia fue producida por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente y sin fines de lucro, enfocada en la desigualdad e innovación dentro del ámbito educativo.

Translation to Spanish by SpanishWithStyle.com, courtesy of GreatSchools.

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